Porque de la abundancia del corazón habla la boca
Lucas 6:45
¿Qué hubo para nosotros en los ’70? Para esos muchachos que fuimos apenas los testigos, el borde no dentado de la historia.
Nosotros los que fundamos el rocanrol en las placitas de los pueblos, colados en tren para Córdoba o Rosario (no Buenos Aires estaba lejos, sigue lejos), las anfetaminas, el deseo intenso, intenso por una trascendencia, un espíritu que saltara la grosería de vivir. No hubo nada, aún no hay nada. Arde eterna la pregunta de Hölderlin: ¿Para qué poetas en tiempos de penuria? Fui unos meses a la facultad de filosofía, algunos estudiaban (estudian todavía convencidos)otros querían cambiar el mundo(ahora quieren cambiar el coche)después me fui a la calle(ahí sigo todavía).me emocionó Perón cuando volvió, suerte que no tenía edad para votar.-Cuando volvieron los asesinos militares, me emocionaba el gin-cola; después llegó Alfonso con diminutivo (ahí se emocionaron otros) y ahora un muñeco de torta preside el mapa, caen los invitados, brindan y después salen con jueces de farándula a ver los muertos por la calle. Y hay y fantasmas y lámparas al pie de las tormentas.
Pero yo ¿qué puedo decir? Tengo 40 años de Argentina, trabajo de preceptor en una escuela industrial, vivo en una casa modesta, en un barrio modesto al borde de una ciudad comercial. Es mi vida, la elegí, me eligió, no tengo otra.
En los ’70 tampoco podía decir nada, a veces me explicaban los Otros (pequeño burgués individualista, liberal, lumpen de clase media).después también me explicaban (peronista, fascista, mantenido, borrachín).Ahora se explican Ellos(el fin de la utopía...y sí...hay que vivir, tengo familia, los multimedia, lo posmoderno, el escepticismo cerval, a lo mejor nos salvamos...yo fui amigo ,pariente, conocido de un conocido de un chico del ERP, un monto, un desaparecido, una vez me llevaron preso por tirarme un pedo...o...me fui a España y me llené de guita, hice un cursito en Alemania y ahora soy dotor, etc...) están explicados.
Después la poesía. La poesía coloquial de los ’60 se murió (tardó un poco estaba comprometida).La poesía neorromántica de los ’70 se murió (no estaba prometida).Como poeta pertenezco a la generación del ’80 y haciendo honor a los homónimos del siglo pasado (para otros son heterónimos) escribo
misceláneas, distracciones, apuntes, ejercicios; entiéndase bien, sin cargos públicos, vacas, ni París.
No, yo fui, soy de esos muchachos de provincias...yuyos de un río menor, papelitos quemados contra el viento. Siempre esta soledad. Este dolor sin prestigio ni prensa. Los ángeles arrastran piedras por el cielo y vos patria que sos mi virgen con la boca vendada y mi coraje ¿dónde cumplís tus planes secretos, tu pan y tu memoria? No, no hay nada, salvo estos rostros encendidos por la decepción y el furor y esos chicos que arrojan su plasma, su esperar en las fábricas que quedan, en los sueños que quedan, en el agotador trabajo de las chacras; detrás del mostrador, del cadete, del imperio, de la combustión espontánea y el afortunado que se vuelve loco, resistente a todo, a tanto y canta. ¿Canta para vos? ¿Canta para mí? esto aún debe explicarse.
Casi siempre me levanto antes del amanecer y veo los pájaros que arrastran el planeta, la mesa ordinaria donde tomo mi café y mi Biblia, oigo el movimiento del cuerpo en los sueños de esa mujer querida, compañera, en su luz o su neblina; mi hijito duerme como un faraón convencido por la eternidad, y entonces, sólo entonces, quisiera como Enoc ser llamado a los cielos.
En bicicleta, la cinta turbia del día me lleva al trabajo, por la avenida, en las esquinas rotas manos congeladas ofrecen los titulares del diario, la fábula mediocre de este tiempo, su fibra óptica, su espanto y nuevamente estoy seguro y me convenzo, ya puedo contestar.
Nosotros fuimos esos muchachos de provincia que... ¿Nosotros? ¿Ellos? ¿Yo? ¿Cuáles?
Algunos verán el mar, la claridad, la noche destripada, se comerán la sombra y serán gigantes; los mejores entre nosotros seguirán y seguirán hasta en la tumba, desde su cofre y su tiempo volverán.
Estoy seguro.
Y vos ¿Estás seguro?
¿Oís las campanas del fervor?
¿Por quién doblan las campanas? ¿ por el poeta que preguntó, por el que supo responder, por el porvenir o la fosa?
Y vos, provincia que me hallás entre tus manos ¿me llevarás a la casa del diablo con mi birome y mi reloj? ¿Adornarás mi mesa ante los enemigos?
MTV, Tinelli, Grondona, Página 12,
Doxa Heterodoxa
la poesía es un a arma cargada de Pasado
la felicidad es un revólver ardiente
Pato trabaja en una carnicería
Luis Alberto Spinetta es San Martín
El general Balza dijo que si había que pedir perdón que nos quedáramos tranquilos, que él, lo pedía.
Y vos ¿Por qué no festejaste el Mundial ’78
¿Qué era el que no saltaba?
Y el que no saltaba en la tortura
¿Qué era?
Y el público
(sí el público, querido, el público, el público)
¿no aplaudía
¿no SE aplaudía acaso?
Publicado en la revista Tramas – Para leer la literatura argentina- Número IV-Volumen II- Junio de 1996 –Ciudad de Córdoba
Agudo, delicioso, empírico. A eso llamo encarnar el verso y desvestír al riesgo. Sigo aprendiendo, ajedrezar el mate.
ResponderEliminarBesos.