sábado, 3 de julio de 2010

El que recibe los palos



Todas nuestras humillaciones provienen de que no podemos resolvernos a morir de hambre.
E. M. Cioran. Breviario de podredumbre.1949

Se levanta, busca la luz de los suyos, la entraña, la razón.
Toma el mate, el pan, la bici, la calle.
O ni siquiera
Y cumple y junta las monedas, mes a mes, quincena a quincena.
O ni siquiera.
Vuelve a su casa con el cuero mojado por la sombra de días y días parecidos.
El futuro es un plato sobre una mesa barata.
O ni siquiera.
Aparece en las noticias, en grandes números que no puede sumar, en la música, en las protestas o aquellas doradas palabras de los intérpretes críticos del mundo.
O ni siquiera.
Aparece en las plegarias, en los libros santos, en las revoluciones, en las devoluciones, en las explicaciones, y nunca es sino alguien parecido.
Reposa bajo la sombra del patrón, teme al doctor, al policía, al relumbrón de quien consume la sublime quincalla de este mundo y odia y desea y acepta su destino de perro o león o lo que sea.
Recibe, a su vez, nuestra piedad, nuestro temor y nuestro juicio.
Es la carne de la especie, la mano rota por el salario infame, la piel largamente gastada en mostradores, oficinas, talleres.
El alma, la ecuación del beneficio posmoderno y anda por ahí, doblado, ordinario, cuidando zapatillas.
O ni siquiera.
Es quien recibe los palos y calla y da a la patria su invisible raíz, su fruto grande.
Y la patria lo cuida como una madre loca gritando contra el cielo.
La patria lo llama por apodos chiquititos y lo hunde en su pecho y lo reclama porque ella sabe a quienes necesita para durar allí tan cerca y lejos.
Pero de todos es la patria, del usurero, el genocida, el canalla emancipado, el político y también de aquel que compra en cuotas lo que tantos tiran.
A veces, una sangre brilla en las ideas, un viento de justicia, una piedrita y el que recibe los palos alza su rostro en la tormenta, palpa en secreto la alegría, una vida mejor, una salud, un recreo.
O ni siquiera.



Publicado en El Diario del Centro del país – Villa María – Córdoba-

3 comentarios:

  1. ¿Y la solución? Buen texto, para reflexionar.

    Saludos cordiales.

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  2. Me apunto a la escollera. O ni siquiera.

    Besos Ale.

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  3. muy bueno...me hicistes acordar Los Nadies de Galeano...lo quiero compartir:
    "Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
    Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
    Que no son, aunque sean.
    Que no hablan idiomas, sino dialectos.
    Que no profesan religiones, sino supersticiones.
    Que no hacen arte, sino artesanía.
    Que no practican cultura, sino folklore.
    Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
    Que no tienen cara, sino brazos.
    Que no tienen nombre, sino número.
    Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
    Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata"
    Ambos textos el tuyo y el de galeano describen muy bien a esos seres anonimos que van por la vida sin encontrar el porque de ella...
    un beso

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