martes, 25 de febrero de 2014

EN LOS MÁS SOLITARIOS

  • A esta reflexión sobre sí, de la que venimos hablando, propende sobre todo el hombre que se siente solitario y él es también el más capacitado para ejercerla, el hombre, por tanto, que, por su carácter o por su destino, o por ambas cosas a la vez, se halla a solas y con su problematica, y que en esta soledad que le queda logra topar consigo mismo y descubrir en su propio yo al hombre y en sus propios problemas los del hombre. Las épocas de la historia del espíritu en que le fue dado a la meditación antropológica moverse por las honduras de su experiencia fueron tiempos en que le sobrecogió al hombre el sentimiento de una soledad rigurosa, irremisible; y fue en los más solitarios donde el pensamiento se hizo fecundo. En el hielo de la soledad es cuando el hombre, implacablemente, se siente como problema, se hace cuestión de sí mismo, y como la cuestión se dirige y hace entrar en juego a lo más recóndito de sí, el hombre llega a cobrar experiencia de sí mismo. Podemos distinguir en la historia del espíritu humano épocas en que el hombre tiene aposento y épocas en que está en la intemperie, sin hogar. En aquellas, el hombre vive en el mundo como en su casa, en las otras el mundo es la intemperie, y hasta le faltan a veces cuatro estacas para levantar una tienda de campaña


MARTIN BUBER (1878 - 1965) en ¿Qué es el hombre?

viernes, 21 de febrero de 2014

RICARDO E. MOLINARI (BUENOS AIRES, 1898 - 1996 )

UNA ROSA PARA STEFAN GEORGE

Il va parmi ses fleurs;
et les souffles de l’air
Hölderlin

(Similis factus sum pellicano solitudinis)



No es la paciencia de la sangre la que llega a morir,
ni el sueño ni el mármol de Delfos, sino el polvo
que se calienta entre las uñas.
Qué importa morir, que se borren las paredes como un río seco;
que no quede una flor en la calle con su borde de luto en la frente,
ni el viento sobre las piedras podridas.

Qué haces allí, tronchado sin humedad,
con tu dicha sin aliento, con tu muerte tendida a los pies.
Con tu espuma llena de ceniza. Desdeñoso.

Ya vendrán los hombres con el ruido, con los gestos;
pero el odio seguirá intacto.

Todos te habrán estrechado la mano alguna vez,
y tú habrás bebido la cicuta en la soledad,
como un vaso de leche.

Adiós, país de nieve, de ventisca agria, sin gentes que digan mal
de ti. Eterno. Desnudo.
La sangre metida en su canal de hielo
—fuego sin aire— Jordán perdido. Si el tiempo
tuviera sentido
como el Sol y la Luna presos;
si fuera útil vivir,
si fuera necesario,
qué hermoso espanto: tengo la voluntad avergonzada.

Yo soy menos feliz que tú. Me quedo combatiendo
sin honor,
con un haz de ramas en las manos.
Duerme. Dormir para siempre es bueno, junto al mar;
los ríos secos debajo de la tierra con su rosa de sangre muerta.

Duerme, lujo triste, en tu desierto solo.

¡Esta palabra inútil!

jueves, 20 de febrero de 2014

CELIA GOURINSKI ( BUENOS AIRES, 1938 - 2008 )

Yo lo que puedo decir del futuro es lo siguiente: posiblemente el mundo se acabe, el universo desaparezca, pero hay una cosa que es evidente y que lo sé (no sé por donde, pero es una certeza axiomática): La Poesía sobrevive a todos los mundos, a todas las galaxias, a todo; mientras todo se derrumbe ahí está la poesía, el nombrar lo Innombrable. La poesía no se transmite, no es un medio de comunicación. La poesía es comunión. 

Entrevista publicada en «El Vendedor de Tierra», año 2, nº 5, Buenos Aires, invierno de 1997 (págs.2-3). 

domingo, 16 de febrero de 2014

EL ÁNGEL DE WALTER BENJAMIN

Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso.



en Tesis sobre la filosofía de la Historia (Tesis IX)

POÉTICA LORQUIANA



Pero, ¿qué voy a decir yo de la Poesía? ¿Qué voy a decir de esas nubes,de ese cielo? Mirar, mirar, mirarlas, mirarle y nada más. Comprenderás que un poeta no puede decir nada de la Poesía. Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía.

Aquí está : mira . Yo tengo el fuego en mis manos.Yo lo entiendo y trabajo con él perfectamente;pero no puedo hablar de él sin literatura. Yo comprendo todas poéticas; podría hablar de ellas si no cambiara de opinión cada cinco minutos. No sé. Puede que algún día me guste la poesía mala muchísimo,como me gusta (nos gusta) hoy la música mala con locura. Quemaré el Partenón por la noche para empezar a levantarlo por la mañana y no terminarlo nunca.

En mis conferencias he hablado a veces de la Poesía,pero de lo único que puedo hablar es de mi poesía. Y no porque sea un inconsciente  de lo que hago.Al contrario si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios - o del demonio - también lo es que lo soy por gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema.



García Lorca de viva voz a Gerardo Diego citado en la antología de Diego : Poesía española : Contemporáneos -Editorial Signos - Madrid - 1932 .

sábado, 15 de febrero de 2014

es arte






cuando la máscara ya no puede desprenderse del rostro

lunes, 10 de febrero de 2014

ARTISTA


Aborrezco la palabra artista y encuentro la palabra creación - tan utilizado por aquellos que precisamente se llaman artistas - pretenciosa . En Tintín de hecho,resulta divertido ver cómo el último insulto del capitán Haddock es siempre : "¡Artista!". Como Picasso dijo en su momento, "no soy un artista pintor"; en lo que a mí respecta yo diría, incluso, que soy un artesano. La palabra artista es sinónimo de individualismo y de afirmación de la personalidad, dos nociones que hoy dominan nuestra sociedad. A un pintor polaco que preguntaba : "¿Qué hay que hacer para pintar?", le respondí que lo primero es olvidarse y apresurarse en sacarse de encima su personalidad. Lo importante es el anonimato; el que cree en la personalidad se queda en la superficie. Es verdad que escuchamos decir con frecuencia :"Hay que ser uno mismo". Pero, ¿quién es uno? Y,¿quién lo sabe con certitud?



Balthus,en Conversaciones recopiladas por Cristina Carrillo de Albornoz,Editorial H.Kliczkowski , Madrid,Traducción del francés Valeria Mastrangelo.

domingo, 9 de febrero de 2014

cuando comprobé que la vida es un desierto


me ocupé de la sed

me ocupé de la luz

etc.






algunos crecen, otros dejan espacio
algunos son pajaritos, otros llueven
algunos prefieren, otros se acuestan con la muerte
algunos miran, otros atraviesan
algunos piden luz, otros dan sombran
algunos buscan, otros encuentran
algunos son tristes, otros entristecen
algunos saben, otros atardecen
algunos enseñan solamente, otros aprenden solamente
algunos se exilian, otros se reencuentran
algunos creen, otros –contra toda razón – son creídos

dios está en los cielos, nosotros en la tierra
el único sacrificio es la esperanza

algunos pagan, otros se instalan

muchísimos respiran, pocos viven

etc.…



miércoles, 5 de febrero de 2014

la lluvia existe







el tartamudeo de las estrellas
la asunción de la pena
los derroteros del desvelo
la brújula del espanto
el breve sol del triunfo
la rosa de los vientos en manos del ogro
el horizonte de los esclavos
el cuerpo del amor crucificado
la luna a caballo de sí misma
existen

de todo lo demás no estoy seguro.

martes, 4 de febrero de 2014

murió Carmen Bruna - algunos recuerdos personales



A comienzos de los ’90 hablé por teléfono con Carmen Bruna, a quién venía leyendo a través de la ediciones de Daniel Mourelle en Clepsidra y en su editorial, y nos pusimos de acuerdo en que viniera a visitarnos


-Creí que eras sorda

-Soy sorda

-Pero hablás muy bien por teléfono

-Bueno, cómo voy a conocerte?

-No te hagas problema cuando baje del colectivo me vas a conocer.


Y sí, la conocí enseguida porque quién, sino Carmen, usaría esa campera, ese peinado y esos aros . La re-conocí en esa miga de días compartidos en todos los espejitos de sus lecturas, sus abruptas interpretaciones y fundamentalmente en el viento de su libertad.
Se negó,con mucha elegancia y cariño a utilizar el calefón eléctrico y le metió al talco...lo dejó, de recuerdo ,en las puertas y paredes de la casa como si fuera el ectoplasma de una diosa del porvenir.

Paseando por la ciudad  pidió que le enseñara las librerías…cuando las recorrió dijo, pero acá lo único que hay son zapaterías y autos (unas de las mejores definiciones que escuché de mi ciudad (comparable a la del querido Jorge Gómez cuando lo acompañé a conocer Córdoba capital, dijo: acá hay mucha cana y mucha iglesia),en fin…Espejos rotos de una memoria, pasaron más de 20 años…

Hace días murió Carmen Bruna la última o penúltima voz del surrealismo argentino, por mail los poetas Silvia Grad,Jorge Dipré y Rodolfo Älvarez  anunciaron su tránsito a los ochenta y pico…

Integró las antologías mayores del surrealismo latinoamericanoy dejó ,además, millares de anécdotas por  su estilo frontal, extraviado y siempre lúcido.

La leí, amé y difundí… No recurriré a la pomposidad o la  literaturitis para evocar a esta benévola reina de lo gótico y otras fábulas.

Carmen no se preocupó nada por su obra, fue publicando, insistiendo en mirar a través de esa piedra mágica que los inocentes llaman realidad o lenguaje y los advertidos signo o símbolo.

En este blog de Daniel Mourelle algunos poemas.



 

http://www.autorexus.com.ar/bruna_carmen/melusina_poemas.html


Perdón Carmen, ya se que es poco.Ante la poesía todo lo que nos pasa es poco.

lunes, 3 de febrero de 2014

no hay despertador como la agonía




la muerte es creencia

la eternidad, saber .


domingo, 2 de febrero de 2014

RENÉ DAUMAL ( PARÍS, 1908 - 1944 )

Acordate: de tu madre y de tu padre, y de tu primera mentira, cuyo indiscreto olor se arrastra por tu memoria.
Acordate de tu primer insulto a los que te engendraron: la semilla del orgullo fue sembrada, resplandeció la fisura quebrando la unidad de la noche.

Acordate de los anocheceres de terror en los que el pensamiento de la nada te a
rañaba el vientre, y volvía siempre a carcomerte como un buitre; acordate también de las mañanas de sol en el cuarto.
Acordate de la noche de liberación cuando al caer tu cuerpo desatado como un velamen, respiraste un poco del aire incorruptible; acordate también de los animales viscosos que te volvieron a capturar.

Acordate de las magias, de los venenos y de los sueños tenaces; – querías ver, te tapabas los dos ojos para ver, sin saber abrir otro.
Acordate de tus cómplices y de los estafas, y de ese inmenso deseo de salir de la jaula.

Acordate del día en que reventaste el lienzo y fuiste apresado vivo, fijado en el mismo lugar dentro del estruendo de estruendos de las ruedas de ruedas que vuelven sin volver, dentro tuyo, sujetado bruscamente siempre por el mismo momento inmóvil, repetido, repetido, y el tiempo sólo daba una vuelta, todo giraba en tres sentidos innumerables, el tiempo se cerraba al revés, – y los ojos de carne veían sólo un sueño, solo existía el silencio devorador, las palabras eran pieles secas, y el ruido, el sí, el ruido, el no, el aullido visible y negro de la máquina te negaba, – el grito silencioso “yo soy” que los huesos oyen, por el cual la piedra muere, por el cual cree morir lo que nunca fue,– y no reaparecerías a cada instante sino para ser negado por el gran círculo sin límites, todo puro, todo centro, todo puro excepto vos.
Y acordate los días que siguieron, cuando marchabas como un cadáver hechizado, con la certidumbre de ser devorado por el infinito, de ser anulado por la existencia única de lo Absurdo.
Y acordate sobre todo del día en que quisiste, no importa cómo, arrojarlo todo, – pero un guardián velaba en tu noche, velaba mientras dormías, te hizo tocar tu propia carne, recordar a los tuyos, recoger tus andrajos, – acordate de tu guardián.

Acordate del bello espejismo de los conceptos, y de las palabras conmovedoras, palacio de espejos construido en un sótano; y acordate del hombre que vino, que rompió todo, que te tomó con su tosca mano, te arrancó de tus sueños y te hizo sentarte sobre las espinas del pleno día; y acordate de que no sabes recordarte.

Acordate de que todo se paga, acordate de tu felicidad, pero cuando fue triturado tu corazón, era muy tarde para pagar por adelantado.
Acordate del amigo que tendía su razón para recoger tus lágrimas, brotadas de la fuente helada que violaba el sol de primavera.
Acordate de que el amor triunfó cuando ella y vos supieron someterse a su fuego celoso, rogando morir en la misma llama.
Pero acordate de que el amor no es de nadie, de que en tu corazón de carne no hay nadie, de que el sol no es de nadie, ruborízate al contemplar el cenagal de tu corazón.

Acordate de las mañanas en que la gracia era como una bastón amenazador que te conducía, sumiso, a través de tus jornadas, –¡bienaventurado el ganado bajo el yugo!
Y acordate que tu pobre memoria entre sus dedos entumecidos dejó escapar el pez de oro.

Acordate de los que te dicen: acordate, – acordate de la voz que te decía: no caigas, – y acordate del dudoso placer de la caída.

Acordate, pobre memoria mía, de las dos caras de la medalla, – y de su metal único.

1942

Traducción: Dardón&Bollini.

La leve pisada del demonio nocturno



En el gran contacto del olvido
A ciencia cierta muerto
Tratando de robarte a la realidad
Al ensordecedor rumor de lo real
Levanto una estatua de fango purísimo
De barro de mi sangre
De sombra lúcida de hambre intacto
De jadear interminable
Y te levantas como un astro desconocido
Con tu cabellera de centellas negras
Con tu cuerpo rabioso e indomable
Con tu aliento de piedra húmeda
Con tu cabeza de cristal
Con tus orejas de adormidera
Con tus labios de fanal
Con tu lengua de helecho
Con tu saliva de fluido magnético
Con tus narices de ritmo
Con tus pies de lengua de fuego
Con tus piernas de millares de lágrimas petrificadas
Con tus ojos de asalto nocturno
Con tus dientes de tigre
Con tus venas de arco de violín
Con tus dedos de orquesta
Con tus uñas para abrir las entrañas del mundo
Y vaticinar la pérdida del mundo
En las entrañas del alba
Con tus axilas de bosque tibio
Bajo la lluvia de tu sangre
Con tus labios elásticos de planta carnívora
Con tu sombra que intercepta el ruido
Demonio nocturno
Así te levantas para siempre
Pisoteando el mundo que te ignora
Y que ama sin saber tu nombre
y que gime tras el olor de tu paso
De fuego de azufre de aire de tempestad
De catástrofe intangible y que merma cada día
Esa porción en que se esconden los designios nefastos y la
sospecha que tuerce la boca del tigre que en las mañanas
escupe para hacer el día
En el agua dorada el sol quemante refleja la mano de cenit.







CÉSAR MORO  (Lima, 1903 - 1956 )

DEBO DEJAR ALGO EN CLARO :



Debo dejar algo en claro : no he dicho nada extraordinario ni tampoco sorprendente. Lo extraordinario comienza en el instante en que yo dejo de escribir. Pero entonces yo no soy capaz de hablar de ello.


Maurice Blanchot