miércoles, 31 de diciembre de 2014

la espina del faraón (fragmento III)





el condominio abisal

los pulmones de Vicente Barbieri los pulmones de Kafka

el justo medio

los círculos de Rembrandt los círculos del caburé

la embajada de Campora

el caso de las hadas de Cottingley

lo rubio en Hitchcok

las pausas de Troilo

Vorágine de La Leyenda Dorada

la silla de Glenn Gould

la presencia perfecta

el despierto absoluto

la inyección de Irma

Huidobro y el teléfono de Hitler

los querubines de Quabar

el arroz de Borges

la megalomanía de Harold Alvarado Tenorio

los pianos de juguete de John Cage

la estatura de Zaqueo

los anillos de Amado Nervo los anillos de Alan Moore

fragmentos de una enseñanza desconocida : los bombones de Gurdjieff

Anatole France y la misa de las sombras

la vanidad de la queja

el error de un sufrimiento

el caudaloso fuego que la ensoñación apaga

un cóncavo cielo de volcanes

la sotana de mi padre

los malvaviscos

la cornucopia de los protocolos

la ruleta de Torre Nilsson



la halterofilia de Mishima

la trenza de las sirenas

la espera del cometa

el dolor de un por qué

la hipertrofia de la ofrenda

Maupassant y la vigilia junto al cuerpo de Schopenhauer

las barbas de Rasputín, Brhams, G.B.Shaw

el mendigo incomparable de Paul Leppin

las manos de Rilke

el dinero de Girondo

la noche de Mastronardi

las penurias de Ajmátova

cómo se fugó de la muerte Celan?

lo verde en Neruda la hija de  Neruda

el metraje napoleónico

la longvie de Plath







las tripas de Breccia

el ukelele de Malcom Lowry

los leones de la Torá

el búho alzándose en las monedas

el alma eslava

la pulcritud de Girri

la pintura de Romilio

los dados contra el paño

la casa de Jonás

la cura de Maimónides

el telescopio de Nalé Roxlo

la pipa de Simenon

la luz de agosto y Faulkner

el saco de Molinari

un día perfecto entre caníbales

los bichos de Coca Sarli

el peluquín de Horangel

la chaqueta de Hemingway

el padre de Steve King, el padre de Dean Koontz

el padre de Mao Tsé Tung

la hermana de Mozart, de Trakl, de Hegel

el resentimiento de Nixon

la joroba de Lichtenberg

los bigotes de Gurdjieff

Egipto antes de las arenas

el óvalo de Vespasiano

el hijo de Marco Aurelio

la suciedad de Fogwill

el espejo de Onetti la cama de Onetti la botella de Onetti

la biblioteca de Bioy, Mallea, Eloy

la erre de Cortazar

la encina de Absalón

el aceite de la viuda

la rosa del Gabo

los calzones de Lezama Lima

el ego de Victor Hugo

los dioscuros

la botella de Carver ,Chandler ,Verlaine

los parientes de Jorge Edwards

el país de Mallea

la memoria eidética

el caballo de Troya

lo apagado

el ángel

el anacoluto

el contubernio

las media de Sade

el rostro farmacéutico de Trakl

la papada de Troilo

el rapto

el arado de Eliseo

la agujita de la Mona

el padre de Chikatilo. El padre de Arlt. El padre Adam West

la hermana de Philip K. Dick, el hermano de Dalí

la voz de Hegel

la mano de René Lavand

la esposa del Gabo

el cerebro de Tesla

el ojo de Lobsang Rampa

el cristianismo en Chesterton ,Simone Weil ,Thomas Merton

la madre de Patricia Highsmith

el pormenor

lo aprendido

el perfume de la reina Victoria

la centella la centolla

el abuelo de Sartre

el yerno de Lacan

el 17 de octubre el 28 de diciembre

las manos de Rodin la manos de Rilke

los espejos de Dickens

la soledad de Oswald Spengler

el desvelo lo justo la  patada

la banalidad de Bradbury

los días que entraron sin salida

el fuego tutelar

la gran mentira

el yo de Fichte

la gigantomaquia de la historia del no ser

murió Alexander Grothendieck murió el laberinto



(si no podés seguir

quedáte a dormir la siesta porque

te aclaro

 FALTA UN RATO)



los anteojos de Joyce, Pessoa, Quevedo

la chiva de Trotsky

la euritmia

la gnoseología

el arte

la difunta Correa corrida por el gauchito

el porvenir

la diosa blanca

los revólveres de Burroughs

los consejos los conejos los cortejos

el tanatólogo de Borges

el Cucurto de Carrera

lo momificado de Silvina Ocampo

tu enciclopedia dormida

los manuscritos iraníes

las perchas

el riñón de Joachim von Ribbentrop

amar lo interminable

la sardina de Lovecraft

el asado de Hernández

la escupida de Pollock

los perros al sol

la espada de Damocles y el tonto que la mira

la consecuencia

el ácido de Baron Biza

los cuervos de Isaías

las orejas de Martínez de Hoz

el comité de urgencia

los casinos de Londres

los estanques del sultán

el justo veneno de la fe

las últimas palabras

el largo adiós

el abrazo de Gengis Khan

la soga de David Foster Wallace

la oreja de Goya

el sombrero de D’annunzio

la música para perros de Erik Satie

la distracción del mal

la piel del elefante

la música para perros de Debussy

los perros de Fernando Vallejo

la cajita donde guardaba pelo y uñas Pablo Picasso

el rosario de Pavelic

los anteojos de Mattoni

la barba de Miguel de la Cruz

el mal de los rastrojos

el guardapolvo de Fijman

la mandíbula de Freud

el pan de los cisnes

el viaje en Eichendorff

el asno de Balam

lo que causa y no encausa

los hijos de Norman Mailer

la enumeración

la consulta

al almirante de Marta Lynch

los rottweiler que corrían con las legiones

los asesinos de Capote

las lentejas bíblicas

la cárcel de Spandau

los nigromantes

las 21.990 palabras

la ilusión del idiota

los dientes de Chet Baker

la soledad del genio

los pulloveres de Johnny Tedesco

los monumentos y sus emolumentos

Bajo este sol tremendo y el hermano de Cetarti

la manzanas podridas de Schiller

el jabalí de Diocleciano

el colutorio el raspaje el sinécdoque

el silencio de Banchs el silencio de Benito Lynch

la tintura de Bayley

la caza de von Hammerstein

la convivencia o la connivencia

el reloj de Belgrano

el gran ja ja ja de La paz perpetua de Kant

lo que le pagaron a Catriel

la estatua de Durero

el Perón de Eloy

la curiosidad del mago

el hijo de Sam

Bonino aclara algunas dudas

el macabro scherzo de  El aprendiz de brujo

los 18 de Rimbaud, la rodilla de Rimbaud

los 100 de Parra

la salmodia del rencor

el orfismo y el gnosticismo en las religiones norteamericanas

el niño señalando el milagro en el entierro del Señor de Orgaz

los perros de Céline

Janis Joplin y el billar

el hermano menor de Faulkner el hermano menor de Joyce

los pasos de Lester Young casi en la mitad de Aladdin

la aventurera de Cancún

el espiritismo de Dickens

los títeres de Balzac

la asunción de la pena

el albacea de Poe

la cifosis de Max Brod

el Palacio de Invierno después del invierno

hay leones

la paresia de las interpretaciones

la soga de Judas

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Ilusiones del cuerpo






como el problema de la luz

como la velocidad

como los besos guardados en un cofre y su isla



las razones del corazón, su indeterminación

a qué se deben



a una invisible transparencia?

al reino en el exilio del mundo?



a la transubstanciación del mal?

de la dificultad de existir?



esto que sucede

esta larga pronunciación en casa del lobo

quién la dicta?

adónde van los muertos a comer qué dios los desarma



la profecía de los padres

o mejor

la autoprofecía de los padres

se cumple?

si?

en qué remoto modo de la carne y en qué fe



lo que sale del útero

es razón?

vientito del mundo?

producto sencillo de la especie o como decía Novalis (solo que él lo AFIRMABA

un amor hecho visible

(le preguntaré a Susana Romano Sued

si acaso el vocablo sería

vuelto

visible

según leí en la casa de Rojas

en Tucumán)



También hace media vida

el pollo Jofré me recitaba en la aparente estancia de Rumi Huasi algunas líneas de Rilke y algo propio

el tiempo era leve como la pluma del tasi

después averigüé que nadie vio al tasi, al tiempo, a la levedad

es decir

Newton no vio la levedad

pensaba nomás debajo de un árbol y encontró la sombra de la manzana yéndose

(esa fábula  trivial

tuvo un destino solo comparable a la maravillosa ignorancia de nuestra época)


/un Diablo se asoma y proclama:

en este pozo

hay poco para ver/



De lo que quise hablar

(así titularé mis propósitos

de lo que quise hablar)

es

de cómo el amor se vuelve invisible



las ilusiones de la poesía

las ilusiones de ciberempresarios

las ilusiones de las mangostas

y la perfecta ilusión de la cola del cometa



(decía la mujer de Rafael Alberti

fui y quise ser la cola del cometa)



esas

son las ilusiones del cuerpo



repito

son como esa palabra sumeria

E D É N



el detalle más importante que se observa en el diagrama

Hertzprung-Russell es que las estrellas no se

distribuyen uniformemente sino que se agrupan

en ciertas regiones particulares

ahí

el yo fuma

porque hay algo que nunca pudo decir



se introduce

y al expulsarse

resulta una sustancia

lo suficientemente frágil, visible y huidiza

como para servir de metonimia a tanto entendedor de sentidos círculos

formados en la boca







qué dolor corre detrás?



por qué el ser es

la NADA?



tu comprensión

puede sin guantes?



cómo aprendemos a trazar signos

sin el cuerpo metaconceptual?



toda la vida es un espejo que rompió la lluvia



¿sos mi madre, mi padre?



¿podrás escucharme hasta el comienzo

de la magnitud absoluta de lo imposible?