lunes, 20 de febrero de 2017

escribiendo adentro de Heidegger




dichosos los que ignoran su carbón y
sin ayudar al fuego o al diamante
duermen redondos como el día


abrimos la puerta abierta
cerramos la ventana cerrada
a eso lo llamamos actos

los remotos inventos del pos capitalismo
quieren algo más que la vida

el verdadero árbol del mundo crece hacia abajo
con mudez y terror nocturno
 hace los huesos

ni el agua de mil cielos nos dará razón

sin metafísica
 hallamos dioses
algunos se llaman Historia

al igual que el destino el lenguaje es un rostro
conozco una sola verdad
y ladra entre los muertos

la realidad desea el tiempo
el infinito vuelve al manantial
a esto le llamo
pensamiento

en el comienzo de cada sueño
  un mar
en el final
la ruinosa interpretación.


sábado, 11 de febrero de 2017

HAROLD ALVARADO TENORIO ( COLOMBIA , 1945)



PROVERBIOS



No hables.
Mira cómo las cosas a tu alrededor se pudren.
Confía sólo en los niños y los animales
y de los ancianos
aprende el miedo de haber vivido demasiado.
A tus contemporáneos pregunta sólo cosas prácticas
y comparte con ellos tus fracasos,
tus enfermedades,
tus angustias,
pero nunca tus éxitos.
De tus hermanos ama el que está lejos
y teme al que vive cerca.
A tus padres nunca preguntes por su pasado
ni trates de aclarar con ellos tu niñez y juventud.
Con tu patrón no hables, escríbele y nunca le cuentes
tus planes futuros y miéntele respecto a tu pasado.
Con tus colegas habla del clima,
el aumento de salario
y elogia con vigor sus faltas.
Ama a tu mujer hasta donde ella lo permita
y si llegas a tener hijos,
piensa que,
como en los juegos de azar,
podrás ganar o perder.
El destino no existe.
Eres tú tu destino.
Y si llegas a la vejez da gracias al cielo por haber vivido largo tiempo,
pero implora con resignación por tu pronta muerte.
Los que no tenemos dinero ni poder valemos menos
que un caballo, un perro, un pájaro o una luna llena.
Los que no tenemos dinero ni poder siempre hemos callado
para poder vivir largos años.
Los que no tenemos dinero ni poder
llegados a los cuarenta
debemos vivir en silencio
en absoluta soledad.
Así lo entendieron los antiguos,
así lo certifica el presente.
Quien no pudo cambiar su país antes de cumplir la cuarta década
está condenado a pagar su cobardía por el resto de sus días.
Los héroes siempre murieron jóvenes.
No te cuentes, entonces, entre ellos.
y termina tus días
haciendo el cínico papel de un hombre sabio.

lunes, 6 de febrero de 2017

se muere en quinientas cincuenta y nueve camas


Este distinguido Hotel es muy antiguo.Ya en la época del rey Clodoveo se podía morir en algunos lechos. Ahora se muere en quinientas cincuenta y nueve camas. En serie,naturalmente. Es evidente que, a causa de una producción tan intensa cada muerte individual no queda tan bien acabada,pero esto importa poco. El número es lo que cuenta. ¿Quién concede todavía importancia a una muerte bien acabada? Nadie. Hasta los ricos,que podrían sin embargo permitirse ese lujo,comienzan a hacerse descuidados e indiferentes;el deseo de tener una muerte propia es cada vez más raro. Dentro de poco será tan raro como una vida personal. Dios mío,es que está todo hecho.Se llega,se encuentra una existencia ya preparada;no hay más que revestirse con ella. Si se quiere partir,o si se está obligado a marcharse:sobre todo ¡nada de esfuerzos!"Voilà votre morte,monsieur"!Se muere según vienen la cosa,se muere de la muerte que forma parte de la enfermedad que se sufre. (Pues desde que se conocen todas las enfermedades se sabe perfectamente que las diferentes salidas mortales dependen  de la enfermedades y no de de los hombres: y el enfermo,por decirlo así, no tiene nada que hacer).




Rainer Maria Rilke de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge (1910) según la versión que aparece en la edición de Losada (Bs. As) en 1968 . Traducción Francisco Ayala 

sábado, 4 de febrero de 2017

SABER DE LO QUE SE HABLA




Mi madre preguntó qué cosa deseaba para mi cumpleaños

- sin el yo de Fichte - respondí

la cosa en sí