1-
muchas veces fuimos pobres
no había dinero para ropa o música, pero
el taladro magnífico de dios
caía contra la mañana
las palomas se desbandaban
como si vieran
la comadreja o el halcón
un pedazo de mí entraba en la amargura
como en el pozo del molino
donde la serpiente infectaba
el agua de beber
yo tenía pocos años y ya era
rigurosamente anciana
sabía que el altísimo podía aplastarme la cabeza
enfermar nuestras ovejas
quitarnos el verano, la poca dicha
pero igual miraba siempre para arriba
y bajito decía
que sí, señor, venga a mí la destrucción
lo que deba venir
soy tu surco, señor,
soy tu surco
2-
acá creciste, me dijeron, y pienso
en cómo algo que no fuera solidario con la muerte y su eficacia
pudo crecer aquí
sin embargo, en este centro hubo una mesa
donde derramamos los jugos del hambre
al costado, la pieza de la costura y el juego
al fondo, el baño
con una alberca donde, en invierno,
la piel enrojecía por el frío
hubo, una vez, un gran viento,
me explican
vendrá por mí, también,
vendrá y yo guardaré mi corazón en un puño:
hasta allí llegará su voracidad
y más allá, aún
3-
el aire, de noche, es una lástima,
no alcanza para todos
alguien debe postergar su sueño, alguien
debe levantarse y, en el medio de la noche,
tocar la dorada serpiente del corazón
ella va a despertar
entornará los soles de sus ojos
dará su pan, su veneno
la flor del cuerpo abrirá, entonces,
como una mañana
pero no será la mañana:
será su turbia claridad
el simulacro
viernes, 23 de julio de 2010
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Hermosos poemas Alejandro, hermosos.-
ResponderEliminarPoesía.
ResponderEliminarA veces pienso que la poesía de Elena me rebela otras vidas...
ResponderEliminarEs hermosa su poesía.
saludos domingueros.