nadie sale vivo de esta casa
donde mi madre presume a las arañas para que llegue el invierno
suponemos que el cielo lleva
fuego debajo de una taza en los confines
miramos en el sótano la luz de
los insectos que fundan los cimientos
mi madre juega con monedas adentro
de una lata
creemos vivir
el ojo se agranda en las ventanas
afuera pasean los espectros
ella dijo
es horrible existir
bondad subsiste en la quietud de quienes
yacen
mi madre cumple 82
los somníferos cubren de ahogo su
malicia
cuando sonríe se arrodillan árboles
crecen piedras
arriba de su cuerpo
espera el mundo que predijo
me esforcé haciendo un corazón y
otro
cantando la ceniza
dibujando pequeños cofrecitos de
sentido
mi casa tienen un hilo que se
ovilla
se llama inteligencia
y ata lo perdido
cuando éramos pequeños
mamá nos explicaba los venenos
cómo beberlos
y seguir
pinto un sol furioso
y al despertar
lo encuentro
todo sale vivo
de mí.
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