jueves, 4 de noviembre de 2010

HUGO CAAMAÑO (ARGENTINA,1923)



UN FINAL FELIZ


El corte de luz,sin previo aviso
dejo el interior de su cuerpo,
de pies a cabeza,
en absoluta oscuridad.
Algo en la comisura de los labios
podría entenderse como una expresión
de agradecimiento y hasta de placer.
La muerte tras una larga enfermedad
es humillante,cruel.
En el olvido hay lugar para todos.





DE LA MÚSICA


Cierto poder exclusivo de la música
me da a entender a veces que la muerte
es un cambio de tonalidad de la energía.
No sé qué hacer con estos pensamientos,
la cabeza en llamas que lamen el cielo. 




SALUDOS A SÓCRATES



Andaba siempre con algún libro bajo el brazo,
las manos en los bolsillos del pantalón,
el pucho en la boca.
¿Sabés como le decían? Sobaco ilustrao.
Una noche se le vino la biblioteca encima y lo tapó.
Cuando pudieron sacarlo a pico y pala ya había muerto.
Desde entonces,por las dudas,poco a poco
he comenzado a desprenderme de mis libros.
No quiero más libros.Si no los vendo,los regalo
o los quemo,los olvido en el tren,en el colectivo,
en el café.Adelaida Gigli donó los suyos
a la Facultad de Filosofía y Letras de esta difícil 
Buenos Aires por la que no siento mucho apego,la
verdad,
aunque,claro,no sabría vivir ni morir en otro sitio.
No dudo de que la ofrenda de mi querida amiga me ayudó
a que tomara tan penosa y repentina decisión.
Los ojos de un perro perdido me dicen mucho más que
Darwin.
Lo mismo me pasa con cierto cuadro de Van Gogh
-Anciano afligido-
si lo comparo con la Biblioteca Nacional,etc...,etc.


de Obra Poética, Alción Editora,Córdoba,2007

3 comentarios:

  1. Estimado Alejandro: Un gusto poder leer a Hugo Caamaño, tan serio, tan claro, tan locuaz como un clavo bien martillado.
    Un abrazo fraterno desde estas soledades...

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  2. estos me han gustado mucho, para mí un descubrimiento este autor!!!!!!!!

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  3. Leer el blog de un carpintero, nos hace parte de su reino y cruz. Gracias Ale por mantener la llama encendida.

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