¿qué hacías con la rosa
dándola al tigre?
¿cómo volverá
ahora?
ahora es necesaria
no llega solo el no
trae encadenado
al emperador de china
a las dolidas señoras del amor
sus cadenas
despiertan la ansiedad
suda el oro
¿por qué no la guardaste en tu boca
con un gorro lupino
un arcabuz?
sí, claro
atendías la fábula
reías
por la llanura envuelta…
también tienen tus ojos
llaves
los días del no
nos serviría
nuestra rosa
su firme mano
bajo el agua de dios.
de Verdad de lo evidente, Ediciones Cartografías, Río Cuarto,Provincia de Córdoba, 2011
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