sábado, 20 de noviembre de 2010

Un hombre va al trabajo

 
Un hombre va al trabajo
con una chaqueta liviana y una camisa
gastada, celeste, a rayas

camina bajo el temporal
hunde sus botines de caza
con el opaco gesto que guardó desde su infancia

la lluvia equivale a su elogio de lágrimas
y esa pobre vieja torpe
-es lo que piensa mirando adelante
un  brazo sobre el corazón cubriendo su camisa-
y es pobre vieja torpe
es tu madre
el sitio donde te transfiguraste…

Cuando llego a la escuela industrial
donde vigilo la sangre de los niños
las secretarias me miran con piedad
(con ese amor destinado al que perdió su vida
y no lo sabe
al que perdió su vida y lo sabe)
y me prestan un peine y una toalla rota
esa misma en donde limpian sus aguas
de tintas y restas…

Estoy conforme
no quiero que nadie me de nada
sólo abran las puertas del Infierno

y caminaré hasta las pezuñas de oro
mojado por la memorias de la eternidad

ando pegado a la pared
para evitar la ceguera de los autos



una puerta se abre
y veo
los tormentos de un ambiente apacible
mujeres con mirada de taza
adolescentes rizados por la lluvia
el padre desnudo en su piloto
en esta situación animal descubro mi inocencia

madre

la ropa que me diste
ya la gastó tu hijo
comprando tu silencio
mirame ahora como siempre
soy ese hombre que camina bajo la lluvia

pensando en tantas cosas.




de Escuela Industrial,segunda edición corregida y aumentada,Editorial Recovecos,Córdoba,2008

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