lunes, 22 de agosto de 2011

mi vida entre marcianos



durante la infancia
el llanero solitario me presta su antifaz
gracias

la poesía me deja esperando en el altar
algunos invitados sonríen francamente

trabajo de sirviente
te lo avisé
dice mamá

a los 50
descubro
a los invasores de cuerpos

acudo a las autoridades
en el acto
sellan mi pasaporte a la nada

dejo de preguntarme algunas cosas

comienzo a ser feliz.













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