durante la infancia
el llanero solitario me presta su antifaz
gracias
la poesía me deja esperando en el altar
algunos invitados sonríen francamente
trabajo de sirviente
te lo avisé
dice mamá
a los 50
descubro
a los invasores de cuerpos
acudo a las autoridades
en el acto
sellan mi pasaporte a la nada
dejo de preguntarme algunas cosas
comienzo a ser feliz.
Ruta inefable..
ResponderEliminarUn abrazo de sonrisas mi querido Alejandro
Sofía