dejo de preguntarme algunas cosa
y me transformo
en respuestas y advertencia
morosamente asalto
la felicidad de los imbéciles
en esa parte de la ciudad hay un muerto que habla
la gente que lo escucha
atrae rayos
y renace con ojos celestes
amiga
ningún prodigio entusiasma después de algunas copas
algunos besos
un poquito de oro
si vas a hablar no esperes nada
la gente no escucha
frota el talismán de la verdad
lo que preguntaba en mí
era ese niñito al fondo
pidiendo amor
y es triste
triste.
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