miércoles, 3 de agosto de 2011

No dejes de encender para mí




Durante algún tiempo no tuve una casa
el tiempo era mi hogar.


Fue hielo
vidrio del corazón
durar
tenerse.


Entre los espejos
de mi casa
lloran
ángeles secretos.


Seamos sinceros
podrá el amor arder
y derramarse el cielo
pero almuerzo, duermo
envuelto por lo ciego.


Entro
cierro
al irme
y no sabré si el aire
estaba adentro
o dónde.


No dejes de encender
para mí
 estos desiertos

no encuentres tu casa
no te fíes del tiempo.

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