la mano que escribió unos versos
con trapos de niebla en la rara fortuna
del alma que se busca
no es la mano que acaricia
o indaga
la tempestad del oro
la mano que espera de la música
la casa que recibe a todos
no siembra y golpea
las calles, el futuro
la mano que llegó a su guante
y duerme lastimada
entre ladrones
solo quiere otra mano
exacta
palabra tras palabra.
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