lunes, 20 de junio de 2011

DIOS

temeroso como las manos de un santo
como una familia de botes en el ártico
como el poema que se escribe solo y no sabe de si más que un sonido
temeroso como el engaño que triunfó
como el lento adiós de los amantes
y la avaricia
temeroso llegué al  tesoro
y lo perdí en el trato con los hombres
temeroso me hundí en tus ojos
para ver de aquello, lo posible
temeroso de principio a fin
abrí esa puerta y cuando te marchaste
regresabas
 tu coraje
me exigía
y fue mi rincón
las armas

ese reino.

2 comentarios:

  1. "temeroso llegué al tesoro
    y lo perdí en el trato con los hombres" me gustó mucho, en especial estos versos. La búsqueda de Dios no suele ser un trayecto liso y continuo. Saludos!

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  2. Perder es cuestión bien del ser humano, lo bello es reconocer que esa huella es la autentica verdad.

    Saludos

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