si la lámpara
no estaba
en la boca
en las dulzuras
del corazón
si el silencio
se alza como el rey cruel
de todas las horas
dónde aparece esa luz
y quién la paga
cada tanto
para que busquemos más
y todo
en la tierra
en la unión de los cuerpos
no estaba recogiendo sombra
suplicando aceite
la lámpara
para el río de los muertos
esa luz no es buena
ni mala
es un fantasma
abran todos los secretos
y la infamia
porque un día llegaré
feroz
con esta lámpara.
de Silencio al fondo ,Ediciones Salido/Ediciones Radamanto, Junín (Pcia de Buenos Aires) - Villa María Pcia de Córdoba), 2000
Seguro que todos necesitamos que nos ilumine una luz así, bien para saber qué hemos dejado de hacer por andar en tanta oscuridad o, porque necesitemos que se nos recuerde la propia, pues no parece que ninguno recordemos que también se nos dio nuestro fogaril para este mundo.
ResponderEliminarElisa
adoro este poema!...
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