Grata me fue la tibia noche
un trago de veneno
luz vestida
días felices
amor y desatino
el rostro menor de los pecados
¡y no poder vivir como una espada!
estar dispuesto
a error, a su alimento
suaves como el engaño
de lo amado
sentía la noche
y sus palabras
¡y estar así!
rogando exilio al dolor
reinos de amparo
remoto quedó
el niño erguido
el joven que fui
agradecido al llanto
¡sincera piedra el alba
para una débil mano!
de Llegado así,editorial recovecos,córdoba,2005
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