el hombre que se levanta a las 3 de la mañana a tomar una ginebra

 

Aceptar

El hombre que lucha contra el viento no acepta su metáfora,empuja firmemente la ciudad;ella se aleja y lo cubre.

Es mayo en el sur,va a su trabajo y es temprano,todavía,para algunos.

Encuentra la campera,una bufanda negra,hojas de álamos y crespón y otra mano que surge de su pecho.

Es la mano de santa rita,seca su nariz,mueve su corazón,lo acomoda,para andar.

El hombre llega al cortadero de ladrillos,chupa alcohol de quemar mezclado con naranjas y toma mate y come una galleta.

Todo el día hunde su cuerpo en la tierra,bosta de caballo,vaca y pasto podrido.

Corta 1500 trozos del planeta.

Pájaros,perros flacos -hay uno de carrera-soplan su estupor.

No acepta su señorío,su coraje,no acepta que es la patria,no leerá estas palabras que algo o alguien escriben para mí.

El hombre que lucha contra el viento nota que todas las casa son blancas en la noches.

No acepta que existimos.

 O todo es nada

El hombre que se levanta a las 3 de la mañana a tomar una ginebra o contemplar el reflejo de los faros en las persianas, sencillamente se levanta, prueba puertas o escucha todo el silencio del planeta... acaso sale de su cuerpo en otras partículas de ángel o neblina vuelto un soplo de sentido,luz,o por el contrario,se desplaza,abandona su miseria de prodigios en un más allá de sueños,suspenso o abismo tan cercano aún como éste tu rostro,querida,que nadie toca mientras crece el jazmín y duermen banderas de luto las grandes maquinarias.

O la vigilia no tienen fin.

O nunca fuimos atravesados por este sol y por muertos son dictadas las palabras.

El hombre despierta en la profunda oscuridad y fuma y apaga su tos con las estrellas,o enferma y muere,o necesita más, más de las palabras o solo descansa de su enigma,se sienta,espera,espera mucho.

Y entre vivos laureles de dolor,tu pelo.

O días que no retiran su desierto.

Noches,donde te busco para siempre.

de En un puño oscuro,ediciones radamanto,villa maría,1998