no lo hagas de noche
(al envío,al poema)
ni en verano
ni en un día triste
si es un libro
(o varios)
que no parezcan
eso
libros de poemas
de palabras
sino más bien
algo llegado
al tropezón
la circunstancia
el timbre que tocaron por error
quizá no esté justo
para leer nada
o ya lo leí
(y no es tu culpa
cómo podrías saber
que todo poema es uno
y todo lector
todo extravío...)
o haya intimidad con tus silbidos
y me ponga a criar
esos versos
los confunda
y arruine
y ya no sean
(para vos,para mí)
nada más que otros
animales
guardados en la lluvia
o un poco de silencio
mejor que mi silencio
o tu confianza
el sueño
llegado a pie
mirándome
mientras escondo
mi rostro
en la neblina
pensando yo también
en ir
hacia los otros
de todo corazón
ahora
una vez más
sinceramente.
Nada fuí, hasta que una luciérnaga cansada de errar, al madero encendió, quemando mi soledad.
ResponderEliminarBesos.
debe ser el día para leerte
ResponderEliminarun gran abrazo