Imposible escribir con tanto ruido
El vocero de los vecinos
sus radios y televisores
no me dejan escribir este poema.
La campanilla del teléfono
los simulacros de la música
los relatores del partido de fútbol,
no dan tregua al silencio.
El estrépito de los automóviles
los discursos, los bombos,l os megáfonos,
se unen al coro tumultuoso
de risotadas y alaridos.
Triviales o terribles decibeles
han mandado al mundo - y las palabras
viejas tortugas cautelosas,
esconden sus cabezas,no se animan
a comer de mi mano.
Oscuro fuego
¿Quién necesita que yo escriba?
Sin embargo es hermoso
vivir por la belleza,aproximarse
al fuego oscuro en el que arde
la fiesta y el misterio de la vida.
Aunque a nadie le importe.
Brilla en la noche el verso
bello y desamparado
como un cuerpo desnudo.
Agonía del poeta
Es el huésped de un cuerpo
que se disgrega y lo abandona,
pero su orgullo se resiste
a prescindir del corazón que aún late,
de la mano que escribe
tanteando,ciega,en la penumbra.
Quizás la muerte sea el catigo
de tanto amor frustado y su derrota
la rama seca de algún sueño.
Huésped de un cuerpo vacilante.
Menos que huésped: náufrago.
Si pudiese alcanzar siquiera un débil
resplandor de a llama del Poema.
Las palabra son islas que se ocultan
cada vez más lejanas.
de Línea de sombra (1986).
Los poemas de Antonio Requeni son claros y profundos, hijos de una tradición y de un sueño, fue un placer leerlos en esta ventana al mundo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo fraterno desde Costa Rica