para Patricia Verón
Cuando pienso para cuántos de mi generación la poesía
fue mística o testimonio, oficio o extravío, razón, bosque de nieves,
sombrero de enigma en la cabeza alada y miro los muertos, los fracasos
altos, todo aquello que se llevó el fuego de creer en las palabras y
volvió cambiado (ceniza o lámpara, no importa)…y adivino la cifra para
insistir cavando en el vacío…persistir en una idea, o mejor ,en una
especie de fervor, de punta en pie hacia otra luz mayor, más allá del
espejito del poeta… las falsificaciones, rengueras del texto (del mejor
poema, de cualquier poema)
cómo recordar sin ira?
cómo callarse?
y hay que vencer el pudor, el portavoz, mirarse y
aceptar que estaba jugada la baraja en mesa de tahúr o allá en lo
eterno… que fuimos esa fe, anhelo de un viento suavecito, mientras
corrían, también, los grandes días del No
y ahora
la única promesa es
retirar el paño negro del espejo
hallar
una a una
las piedritas dulces (que no alzaron casa, fruta, ni navío)
sofocar el desaliento de la corte , los olvidos
y volver
muy frescos
al error
de una palabra, otra palabra, otra palabra…
publicado en http://elatardecerdelasjirafas.wordpress.com/2012/03/31/alejandro-schmidt/
Algo que necesitaba leer...
ResponderEliminarotra palabra
ResponderEliminarotra palabra
otra palabra
y otros
y otra
me gusta eso, Ale. Ver la realidad, de cosa por cosita.
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