De tanto escuchar a los muertos aprendí a vivir sin mí, no sé si en un rincón o frente a una puerta casi abierta, o quieto como ellos flotando entre las cosas...de tanto resistir aprendí a ser vencido, contradicho, contrahecho...
Hubo un tiempo - es lo único que hubo - en el cual, pequeños animales dibujaban barajas por el cielo, elegir, es jugar en paño de tahúres.
Los muertos hablan despacito,la muerte es muy sensible a los sonidos... Difuntos no olvidan su linterna, la noche es mansa pero larga.
De tanto saber tu ausencia, pudiste vaciarme, con delicadeza.
Hay cosas que los muertos nunca hacen (por ejemplo, bañarse en penas o buscar tesoros).
Hay cosas que los muertos siempre hacen (por ejemplo, abrir el mundo de sentido).
No hablo de mí, de nosotros, de como yacimos en cáscaras de un sueño que dormía.
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