ES PACIENCIA,PACIENCIA Y ACEPTAR
que la vida,celosa y persistente,
te reserva otras gestas inminentes,
hasta cesar.
De pronto -¿se produce?-
te sorprendes despierto entre las luces
de un mundo nuevo.
Nuevo el caracol
que trepa la montaña de la col,
nuevo el lúcido instante,
nuevo el sol.
Acaso en el trasfondo ya sabías
que nada era tu cerco,
que perdías
cada dura cosecha y que cabías
en la punta de un hilo.
Lamentar
es sólo pasajero.Cuestionar
es solo inevitable,como andar
en busca de la meta.
Pero tensa
la dicha tu cometa,
y el suelo es cielo.
TRANSITO POR LA SENDA
de nadie,
cumpliendo con los ritos
de pasaje.
El peaje es usura, tal vez,
pero es de nadie.
Pasa la mañana,
con rutinas,
reclamos y proclamas.Los vencidos
(en la prueba de ayer) están perdidos
para nada.
La tarde,de metales afligida,
ha perdido la liza:
papeles perimidos, y la prisa
que huye,intoxicada.
Ya me envuelve la noche
con sábanas mojadas;ya me ahoga
el insomne furor de sus fogatas.
Humean a la luna,por si acaso
la llama las desgrasa.
¿Para nadie?
Si nadie
osara pretender
el colmo de una dicha sobrehumana,
bastarían la almohada,la ventana,
y un cigarrillo azul para encender.
Pero hay un no se qué que desestima
esa vana fruición
y que sublima
la furia del carbón en una estela
sin llama.
ESCRIBIMOS DE DÍA
lo que borra la noche.
Regresamos
del lecho hacia la lucha
con arco y con escudo.
El despertar
envenena las flechas:
¿qué matar
si la víctima es uno?
Acechar
por la estrecha ventana
es parte de la brecha:
¿Qué matar?
Se apunta hacia el espejo,
se atraviesa el dragón del entrecejo,
se pierde el ojo.
Vano
desalojo:
donde pica el gorrión,
el grano muere.
de Parlamentos del viento (1980-1988) según la versión contenida en LA ATENCIÓN Obra reunida (Tomo III),Centro de Publicaciones Universidad Nacional del Litoral,Santa Fe,1999.
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