Aquellos que pudiendo elegir dogma,doctrina,un silbo predilecto,una tonada fácil,señalaron esa rosa oscura del aire y rompieron su crisma en las murallas de la incomprensión,aquellos que llegaron al umbral donde valoran monstruos la banalidad, limpiaron sus sandalias y miraron el cielo rojo de advertencias y sonrieron cantando, entonces, como dragones o árboles;dignifican la poesía argentina.
Quienes recordaron, en días vivientes, a perdidos maestros y fueron hacia su corazón,atravesando los desiertos con la salvaje alegría de la revelación para alzar sus guantes ahítos de cometas;dignifican la poesía argentina
Los que se quitaron el bonete de la cultura oficial,el manoseo de aquellos que lo aplauden todo,su peaje,su atmósfera;dignifican la poesía argentina.
Los que olvidaron,cada vez, sin pena,el fuego encenizado de su obra personal y reemprendieron el camino incierto:romper la palabra,ahogar el sentido,partir la música;dignifican la poesía argentina.
Los que se pudrieron de luz en las provincias bajo el salmo del viento y el rencor del monte mientras memorizaban la enciclopedia del olvido;dignifican la poesía argentina.
Los que se pudrieron de luz en las provincias bajo el salmo del viento y el rencor del monte mientras memorizaban la enciclopedia del olvido;dignifican la poesía argentina.
Los que casi nunca tuvieron paz,lugares,estímulos,lectores y persistieron guiados por el perfume de infiernos musicales;dignifican la poesía argentina.
Los que se alzaron,altivos,contra las condiciones de la época y dictaron palabras solitarias más urgentes que la sed,la cárcel,la tortura,el exilio;dignifican la poesía argentina.
Los que soportaron el desprecio,la falta de carnet o contraseña y sostuvieron que la poesía no era útil sino necesaria y que la verían danzar a la sombra de las altas torres del oprobio contemporáneo;y luego de tanto y tanto más,retornaron a sus vidas lastimadas con una cicatriz de eternidad.Dignifican la poesía argentina.
Los que arrojaron el sudario del liberalismo perverso,el témpano ideológico, la pasión del sentido a las inmensas hogueras del espíritu y fueron,ellos mismos,antorcha,altar y sacrificio.Dignifican la poesía argentina.
Quienes asumieron,en carne y destino,al poeta como fatalidad y a su voz como un error sublime y sólo en la poesía hallaron,madre,padre,valor,camino;dignifican la poesía argentina.
Y esos que murieron dementes,suicidados,asesinados,dignísismos,enteros,negados,enfermos de miseria ,amor o asco por una palabra,una palabra,una palabra...los que vivieron...viven...seguirán...rasgados testimonios...templos del hombre; dignifican la poesía argentina.
Te invitamos a participar de un torneo muy peculiar...
ResponderEliminarhttp://loscaballerosdeladamadecristal2.blogspot.com/
Esperamos tu participación.
Saludos
Los Caballeros de la Dama de Cristal
Esto es algo así como una respuesta a tu artículo anterior. Coincidí plenamente con el anterior y coincido con éste.
ResponderEliminarAdemás, la dignificación de la poesía que proponés, Alejandro, es extensible a toda creación artística. El arte, definitivamente, es un instrumento de indagación y no se practica para complacer. Tampoco es una práctica onanista.
Un abrazo.
eso agustín,exactamente,abrazos
ResponderEliminarEl aullido maestro leyendo y agitando al viento tu poema.
ResponderEliminar