afortunados aquellos a quienes le tocó luchar contra
dragones el trono del mal las tormentas de sangre y no tuvieron como nosotros
que soportar
día a día la conjura de los necios el pan de los ladrones la chapa del mediocre
benditos y logrados los que hallaron un altar salvaje la persecución
el odio fresco
y no debieron avergonzarse de tanto lumpen
tanta vacilación de hipócrita
tanta clínica de animales grandes y pequeños
tanto cotillón de barrio
tanta memoria traicionada
y apenas le ha quedado a uno
el miedo que llevan
la ofrenda de la envidia
vapor de sus ruiditos
(luciérnagas en frasco
perritos de comedia)
qué pena estos años
y la certeza del después
(la corrida de ratas
el canje de mascaritas
la falsificación)
en fin
ya saben
tanto tanto.
muy bueno!
ResponderEliminar...sí al poema y a su autor...abrazo...
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