viernes, 19 de septiembre de 2014

con esa luz que asoma








estas son mis lágrimas del ‘61

bajo esa caja encontrarás lo que yo encontré

cinco años después en casa de mi abuela



allí van

bajo la luna

las manzanas de estos años

las que comí a la siesta

 y las que comí de noche mirando un libro inexplicable



aquí formo una hilera con mis hermanos

 en un patio ciego



con esa luz temerosa que

 asoma de corazones vulnerados

brillan las fotos de difuntos



estos son los bares las escuelas

y los mapas de la evaporación



después son las cuatro de la mañana

y suenan crímenes espirituales



así me pintaron contra un muro

más vivo que el cielo



mi alma es fuerte como una herida de fuego



no sacudas los puntos suspensivos

los  necesito como a todos mis espectros

y todos mis zapatos



estos son los cuadernos de adolescente



ese mar se completa con la lluvia que odié



aquí está el miedo



desde ese escritorio miré una pared 25 años



yo solo me llamo y siempre acudo

alejandro alejandro



no confíes en nada que necesite muchas palabras

o grite en los desiertos



éste soy yo en el 76

y éste no soy en el 85



el siglo crece como un hongo

en el árbol de dios



algún día podré mostrarte

el pan de los sueños

y conocerás el hambre.




2 comentarios:

  1. Qué decir; qué escribir ante esta palabra poética que a uno lo nombra y lo nomina; que restalla, conmueve, inquieta y atraviesa? Gracias, una y siempre, Maestro, por la palabra huérfana de nuestras manos y bocas que en su poemas encuentra el estallido, los huecos, el aire. Emocionada, créame, lo Admiro.

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