estas
son mis lágrimas del ‘61
bajo
esa caja encontrarás lo que yo encontré
cinco
años después en casa de mi abuela
allí
van
bajo
la luna
las
manzanas de estos años
las
que comí a la siesta
y las que comí de noche mirando un libro
inexplicable
aquí
formo una hilera con mis hermanos
en un patio ciego
con
esa luz temerosa que
asoma de corazones vulnerados
brillan
las fotos de difuntos
estos
son los bares las escuelas
y
los mapas de la evaporación
después
son las cuatro de la mañana
y
suenan crímenes espirituales
así
me pintaron contra un muro
más
vivo que el cielo
mi
alma es fuerte como una herida de fuego
no
sacudas los puntos suspensivos
los
necesito como a todos mis espectros
y
todos mis zapatos
estos
son los cuadernos de adolescente
ese
mar se completa con la lluvia que odié
aquí
está el miedo
desde
ese escritorio miré una pared 25 años
yo
solo me llamo y siempre acudo
alejandro
alejandro
no
confíes en nada que necesite muchas palabras
o
grite en los desiertos
éste
soy yo en el 76
y
éste no soy en el 85
el
siglo crece como un hongo
en
el árbol de dios
algún
día podré mostrarte
el
pan de los sueños
y
conocerás el hambre.
Qué decir; qué escribir ante esta palabra poética que a uno lo nombra y lo nomina; que restalla, conmueve, inquieta y atraviesa? Gracias, una y siempre, Maestro, por la palabra huérfana de nuestras manos y bocas que en su poemas encuentra el estallido, los huecos, el aire. Emocionada, créame, lo Admiro.
ResponderEliminarFe de Erratas: "sus poemas". Sepa disculparse el atollo.
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