Empiezo por un libro que siempre me llamó la atención:
<El Patronato>. Hay algo muy interesante en él, que se cruza con algo que
estamos reflexionando con ClaudiO LoMenzO y JosÉ LuiS OterO que es la cuestión
del cantar y el contar en poesía. Y lo que siempre me sorprendió del libro es
la narración de una historia (casi en clave secreta) con un conjunto mínimo de
elementos y a partir de vacíos que obligan al lector a una relectura atenta.
¿Podés hablarme de la génesis y trabajo que implicó su elaboración?
Ese libro lo escribí a lo largo de 11 años
por fragmentos unidos en la idea de los patronatos de la infancia (en mi ciudad
hay uno y lo conozco por dentro y también a la gente que lo atiende) la
expósitas y la enfermera fueron las
bordadoras de una voz allí, un
verano uní las partes –sin correcciones- y así quedó ¿hay una historia? quizá,
para mi fueron visiones, sobre todo de las muñecas, su humillación e
inclemencia entre los poderes sociales, las buenas conciencias,
etcétera…mientras lo escribía, al azar, en extravíos de instantes, salieron
otros libros…el patronato como libro tuvo (o tiene)un grupo de lectores
asiduos, para el resto fue un libro fallido o directamente incomprensible. Para
mí es las dos cosas, por eso lo quiero como a un pariente enfermo y rencoroso.
Otros libros que se prolongan hasta el presente porque del
verso “meditaciones sobre la construcción
de la casa en la arena” surge el título de uno de tus últimos libros. Me
quedo con las visiones, muy trabajadas en el tono de irrealidad que adquieren
las imágenes y la deshumanización de los personajes transformados por el
lenguaje. ¿Hay alguna tradición poética particular que te haya servido de
“molde” o “influencia” para este laburo?
En fin…no creo demasiado en esto de las
tradiciones poéticas me parece algo más bien administrativo de la poesía, para
uso de las academias, los periodistas, etc.)
Como influencia (fueron muchos años sesgados,
estallados) acaso, los cuentos de hadas, el surrealismo en su período más
ortodoxo (lo automático-onírico, lo siniestro, lo extraño, etc.).
Instrumentalmente me serví de un par de libros chilenos decimonónicos destinados a las amas de casa (costura,
cocina, modales) al patronato lo escribí
casi íntegramente en la escuela en la que trabajo (un edificio neoclásico de 80
años que ocupa una manzana) eso puede haber influido en los climas también.
Podría ubicarme entre los periodistas que se preocupan por
la cuestión administrativa de la tradición. Pero creo que la elaboración y uso
que un escritor hace de la tradición implica una lectura ideológica (y no sólo
de la tradición literaria) porque, como puede verse de tu respuesta, su trabajo
consiste en apropiarse y enriquecer constantemente lo hecho y escrito –incluso
por él mismo; borronearle a la lengua el desgaste que supone ser el instrumento
exclusivo que los hombres pudimos construir para comunicarnos, después de que
el silencio o el gesto mostraran sus limitaciones. Tal vez un autor es menos
responsable de las herencias que lo alimentan que de las consecuencias que
produce en la lengua literaria su trabajo. Filoso e irónico como sos me
gustaría preguntarte sobre qué clase de relación pudiste construir en todos
estos años con las palabras, la lengua; qué cosa le reclamarías y cuáles son
motivo de agradecimiento para vos.
Bien lo de
ideológico pero, a mí me habitan más los ideales, lo ideológico sería la
herencia, lo que recibimos ¿quién elige donde y cuando y cómo nacer? nadie
puede ser responsable de eso a menos que entremos en las teorías kármicas o
cosas por el estilo…
Básicamente en dos
libros, Como una palabra que pudiste
decir y Silencio al fondo,
antologué lo que pude ir pensado, sintiendo, viviendo (los tres actos) acerca
de las palabras y el oficio o el destino poético.
No he diferenciado
los lenguajes de vivir o escribir. La comunicación humana es alucinatoria,
siempre decimos más, menos y otra cosa, la interpretación es una ilusión
prodigada por el caos. Me he relacionado con las palabras (de los días, de la
poesía) en un sentido esencialmente emocional, religioso, supersticioso, no se
si será evidente para los demás, lo es para mí. La calidad de un poema depende
exclusivamente de la cualidad de su silencio, eso es el resto del lector y la inocencia del autor. Escribo incesantemente
desde los 13, tengo 53, aprendí a leer (a vacilar en el sentido) a los 4, mi ignorancia no deja de
aumentar. ¿Qué le podemos reclamar al extravío del lenguaje, qué le podemos
agradecer? Todo, nada.
Justamente en <Silencio al fondo> hacés una pregunta
que me gustaría que contestes ahora cuando en el poema “poesía” terminás
diciendo “¿cómo bajarse de este sol?”?
El poema termina…una palabra/pero/ una palabra/te calla/te
calla// ¿cómo bajarse de este sol?... la palabra que te calla ¿es el sol?
¿o es lo callado o mejor aún, acallado? te
da cenizas del vacío//las manos quita/la razón de oír// sombra encendida…
son imágenes de la quemazón ¿no? Uno escribe la sombra y la sombra de la
sombra. El sol es también la fatalidad de la luz, lo vivificante, lo
destructivo, lo que se puede sentir –hasta un punto- lo que apenas se puede
mirar sin la ceguera. Eso, cómo bajarse
de este sol, cómo subir, cómo vivir allí.
Retomo la conversa después de un mes de trabajo infernal.
Retomo también tu pensamiento. Me detengo en eso de que uno escribe la sombra y
la sombra de la sombra. Encuentro en esa idea otra formulación de una sabiduría
árida en la que es frecuente encontrar dolor y menos frecuente la felicidad. El
otro lado de un sueño de una vida feliz en el que querríamos creer todos.
Bueno, una vida feliz su creencia y acreencia
sería más bien este lado del sueño,
la parte del sueño prometida por esta culturita de la nada… cómo andar en dos
pies sin dolor ni enigma, cuándo estar satisfechos ¿no somos todos responsables
de todo ante todos? ¿No deberíamos serlo? las palabras dolor y trabajo tiene
unos cuantos sinónimos más que descanso
y felicidad en el diccionario.
Esa “culturita de la nada” ¿tiene algún contenido específico
que le dé legitimidad? ¿Creés que la poesía argentina actual, en general, tiene
una posición definida frente a ella? En particular, ¿qué
obra u obras creés que ofrecen más sustancia a los lectores para entender
el asunto?
Sí, claro, el
mercadeo simbólico, las máscaras del narcisismo, el puro goce, el tráfico de
influencias, la banalización del mal, la estupidez general ¿continuamos? hay poetas hasta en la sopa escribía
Juvenal hace algunos milenios. ¿Qué entendemos por poesía argentina? ¿La de
Buenos Aires o la del interior del país? ¿La de Puán o la de las pizzerías de
Junín? ¿La de Córdoba de las campanas o la del viento llanero de las pampas?
Hay poetas parados en la sinceridad, solos, negados, olvidados…Son la luz, lo
que vendrá, cuando todas las becas y todas las agendas sean llamadas sarnosas
en medio de la noche. Bueno, yo tengo mi lista, cualquier lector fervoroso de
poesía tendrá la suya, a lo largo de 20 años incesantes difundí poemas de casi
400 poetas argentinos de todas las regiones, colores y pelajes, no puedo citar
una obra, un poeta, ni diez… ¿Quién tiene el poemómetro? ¿Quién maneja la Antología del Tiempo,
quién puede decir, como Ovidio, viviré en
los siglos? Este asunto –supongo que
te referís a la insignificancia de la época, a sus frutos- está
sustantivado por todos y cada uno de los que no ceden a los manuales de estilo,
a la fascinación del apellido y a esa brisa incómoda de los aplausos
distraídos, por los que gruñen en la soledad (o las malas compañías y los malos
entendidos) su lección de abismos, su viaje a la desdicha (digo, a lo
intransferible de la verdad de un sujeto y su época). Perdón por no ser más
específico, el ranking se lo dejo a Tinelli, los suplementos de cultura y los
fabricantes de monografías.
Bueno, te disculpo lo del ranking. Después de todo no sos
hombre de negar respuesta. Ahora, podría proponerte la idea de la poesía
argentina como toda esa masa de lenguajes en tensión que esbozás en tu
respuesta y que entre todas, configuran un hacer y un decir, con o sin nombres
propios. En ese espacio tu voz es la de un solitario aguerrido. ¿Te seguís
considerando un predestinado?
Con los dedos en punta/me tocó la poesía/me
sacudió con repugnancia/y algo de curiosidad…//me alzó sobre el pozo del
mundo/esa señora/y me soltó…así
comienza y concluye El predestinado
(La vida milagrosa, 2005) en este sentido –literal- sí, me siento un
predestinado; me gustaría, por otra parte, ser la voz que clama en los
desiertos y que mi cabeza, luego de ser rebanada, fuera exhibida en las cortes,
estoy seguro de que, entonces, aún seguiría soltando su discurso aciago.
Algo de ese gesto desafiante, irreverente y profundo es lo
que encuentro y me seduce de <Casa en la arena>. ¿Podés contarnos algo de
la génesis y propuesta de ese libro?
Es un libro que se
escribió a lo largo de 21 años, he leído la Biblia desde los 4 y fui a escuelas bíblicas luteranas hasta los
11, a
esa hojaldrada carne de Dios vuelvo todos los días …
Casa en la arena (una parábola citada en Mateo acerca de las
consecuencias de la fe) al igual que El
Patronato y en su momento y ahora - en su reedición - Serie Americana, es otro libro acallado, negado e incomprendido lo
cual me llena de satisfacción. ¿Por qué? Por qué seguramente es un texto
extraordinariamente confuso y vacilante o es una epifanía o una libertad de
esas que andan por el aire.
Tomé versículos
bíblicos y los desarrollé desde la lectura divina, el ámbito de mi ciudad y la
lengüita de los profetas con algunas
intervenciones de lo real y lo autobiográfico (el bautismo de mi hijo,
los sermones de mi padre, las apariciones en los ranchos, el río…) y también
esas fábulas tan bellas sobre el Mal, de Daniel, Marcos, Moisés, en fin…se ve
que no se encuadró en los manuales de estilo o los pasteurizados temas de la
época digo, faltaron los versos a la heladera de la madre muerta, el onanismo
como una de las bellas artes o la pertinaz interpretación de poemas mal
traducidos .¿Qué es este viento entre el Génesis y el Apocalipsis … a quién
mira Jesús? No sé si he sido claro; poderoso es el complot de los mediocres
mientras un arcángel rompe su vaso de
piedra entre mis manos.
Evidentemente el marco de recepción generado por las
corrientes de pensamiento –que se pretenden- único encuentran obstáculos para
entrarle a ciertas obras cuya dificultad
no viene sólo del lenguaje sino también de su propia estructura y
propósito. Pero ese parece ser un conflicto extendido a lo largo y ancho del
país. ¿Puede constituirse un sistema poético con un esquema teórico
interpretativo tan limitado?
No, lo que puede
constituirse es un sistema de seudo poder en la retórica de los medios (o sea en el discurso de las mitades de algo) y sus ilusiones de
verdad o futuro, un espejito del caos, algunas fiestitas y la adulación a la
posteridad.
La poesía es fiel a
la entropía porque es, también, naturaleza del cosmos.
El esquema universal
y vigente de la poesía es el desastre de la eternidad.
¿Estás conforme con la reedición de <Serie Americana>?
¿Qué significado adquiere para vos hoy esta obra publicada por primera vez hace
20 años?
Ojalá que esté
conforme Carlos Máximo Ferreyra de Recovecos que fue el que apostó a esta reedición. Los poemas fueron
escritos hace 22 años, la primera edición (de autor) pasó de largo, en el
tiempo algunos poetas de Córdoba le hallaron valor, esta reedición también, me
parece, le interesa a muy pocos y me pregunto ¿hacia dónde pasó o va pasando?
Es interesante comprobar cómo lo que no se comprendió una vez logra ser
inasible 20 años después (excepto el poema Porsche
que fue el más citado y ha sido ilustrado en revistas, muestras temáticas y
esas cosas, por otra parte es un texto bastante insignificante…en fin).Serie
Americana fue un momento de libertad personal (tenía más juventud, más pobreza
y más tiempo, o sea, tenía más) al releerlo me quedo con eso y el humor negro
que me suscitan los malos entendidos y el carozo de su enigma : América en nosotros.
Sin embargo –y creo que con razón- SchillinG en el prólogo
lo ubica como un libro que anticipa en buena medida, la poesía narrativa de los
90- 2000, aunque para mí gusto con mucho más elaboración. Y acá no cabría la
humilde ironía del “malentendido”, ya que coincidirás conmigo que SchillinG no
es de regalar halagos. Cada poema no sólo es una radiografía de la influencia
de la poesía americana en la nuestra (a través de gran parte de los poetas de
tu edad o generación) sino también la enunciación de un lirismo muy oscuro que
lo vuelve absolutamente argentino. ¿De dónde surge esa entonación, ese tono?
¿Es una búsqueda o una respiración?
Es una respiración
enfisémica, se nota cuando los poemas suben la escalera o trotan un poco ¿no?
Buscar yo no he buscado nada, acá en las llanuras se ve lejos en el sentido
horizontal o vertical. Quizá el tono de Serie Americana perviva, se me ocurre
que ese entonar (que también denota Schilling
en un texto acerca de Mamá (2007)) debe ser lo que escapa del monólogo interior, de esa vocecita
extraviada, resentida, severa, que a menudo escucho distraído en las cosas de
vivir. Le he sido fiel a la musiquita porque en tantos años y a decir verdad,
otra, no escuché.
Me alegra que lo
encuentres absolutamente argentino, que su lenguaje mestizado y confuso evoque
nuestra patria (rara palabra ésta patria
al lado de argentino).
Estamos con esta entrevista publicando poemas inéditos de tu
autoría. ¿Te ves sin escribir poesía hacia delante? ¿Tendrá fin esa relación
íntima y añeja ya?
No me veo de ninguna
manera ¿y vos? es decir en un momento estaré acostado y sin moverme en un lugar
oscuro por un largo rato pero, fuera de eso ¿cómo saberlo?(uno está en el
espacio o en el tiempo? en el adentro o en el afuera? uno ¿está?) tengo la
sensación, eso sí, de que en el cementerio parque, el nicho o el panteón, en el
ataúd, la podredumbre o sus cenizas, duraré con alguien más, con algo más…esa
música oscura, ese viento de siempre…
Esas preguntas en las respuestas, solas, nos asompañan. Me acompañan y descansan. Descansamos. .(nos acompaña la soledad que responde cuando dudamos?)
ResponderEliminarMaravilloso, muchas gracias!