miércoles, 26 de diciembre de 2012

UNA SOMBRA LLENA DE PERROS - FRAGMENTO XXII





PAUL FÉVAL HABLA DE VILLA MARÍA


Existe un lugar poco conocido y extraño. La gente que habita las tierras alrededor lo llaman la Ciudad Vampiro, pero sus habitantes lo llaman El Sepulcro y El Colegio.
Normalmente este lugar es invisible para los ojos mortales y presenta una imagen diferente a los ojos de quienes consiguen verlo. Algunos hablan de una ciudad negra con calles y edificios como cualquier otra ciudad pero eternamente de luto, envuelta perpetuamente en niebla. Otros han visto inmensos anfiteatro cubiertos por cúpulas y minaretes más numerosos que los árboles de un bosque. Y otros han visto un circo de colosales proporciones bajo un eterno crepúsculo que no es día ni noche.
En este lugar viven en un extraño orden, los habitantes del mundo a quienes la ira de Dios ha expulsado de él. Los hijos de esas personas, medio demonios y medio fantasmas, vivos y muertos al mismo tiempo, son incapaces de reproducirse, pero tampoco pueden conseguir la paz de la muerte. Son criaturas grotescas, cuyas formas se deshacen en contorsiones imposibles, crecen y retroceden en mil variantes y posturas.

el telescopio de Nalé Roxlo
la pipa de Simenon
la botella de Faulkner
el saco de Molinari
los bichos de la Coca Sarli
el padre de Steve King, el padre de Dean Koontz
el padre de Mao Tsé Tung

si hay padre
habrá perros
y también
y también el temor al rayo
y a la sed

se los voy a explicar mejor :

porque hay caballos y cisnes de oro pero
no hay perros de oro
y sí, perros de mármol al frente de la tumbas
y en las estaciones de ferrocarril
y entre los cerros del Loicatén
 en la boca de dioses por las selvas de Indonesia
yo lo vi
y eso no es nada
porque
sobre todo
contemplo
el inmóvil perro del corazón
y como pedía
carne
carne
para no salir a buscar por la boca y los brazos
no salir a la sangre
tras las fuerzas del orden
para no salir
porque ese perro
único e indiviso
soporta la tentadora pulpa del amor
el sabido esmalte de la proto-historia
desde los chacales dorados
a la inopia contemporánea

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