algunos se van de la poesía como de una casa que perdió
la luz mayor donde
encontraban
montañas y
vendajes
y entierran lo que hicieron
(líneas de alambre
o de penumbra)
como piedras en los pozos del cielo
van
lejos
y
al volver la
espalda
a ese sol tan fijo
se dicen
se preguntan
yo nunca estuve ahí
entre árboles mojados por desiertos.
Algunos llegan a la poesía
al agua
de la luz
y antes de ahogarse
(repletos de
una música
que ignora su instrumento)
cantan
con rabiosa alegría.
...y hay los que llegan sin saber cómo, se regocijan, y no pueden salir...
ResponderEliminar¡Ven! ven a cantarnos tu sol, tu invierno, tu poema de instrumento desierto.
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