Para siempre, Oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.
Salmos 119.89
A veces se criaban las palabras
como apretados ramos
de aquello que
temprano
fue sentido
atada transparencia
el gozo
conocer
subir a un reino
antes del hueso
obra el alma
serena y ofrecida
a un dios
de lo mejor
pero
¿quién habita el palacio?
¿qué libro amó
su página secreta?
así la penitencia
puso al ser y a sus deseos
entre furtivos de vigilia
arrogante mueca del enigma
para el hombre, el tiempo
en la verdad, los himnos
y el árbol de la vida
ya sombra de vocablos
y todo así
hasta el silencio mismo
sí
sólo de esta palabra
huye el ángel.
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