te dio miedo la ahorcada en la pieza?
te dio miedo la grieta en la bañera?
la falta
de luz
en la casa?
alguna vez contaste a tus muertos que cuando pasan
a tu lado
dejan un perfume a rosa y podredumbre?
te corriste de la vereda de la loca
empuñando, no sé
tus razones
tu lógica
tus bienes a resguardo del tiempo?
yo sé que abajo de mi rostro, un rostro
muere
que su cáscara, sus simetrías, dejan paso
a un desaliño de huesos
y flores
y que algo más alto, más oscuro, llega por mí
y no es el ángel
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soy tan de Dios como una hojaun perro
un tramo de alambre
pero algo en mí
un monito parlante, un monito
ansioso y rebelado, no se conforma
con abrir la granada y ver
chorrear sus jugos
quiere, además, la gracia
del nombre, la gracia
de la garganta sin sus cuerdas
sin el buitre especular del silencio
sin el humo que ahoga, o la niebla
que enturbia el mundo
yo vine a exigir ese derecho
porque nada gano o pierdo
en todo lo perdido
porque no me importa, si en este salto,
el monito que soy, se cae
en la noche
y descubre, en la encía,
el sabor eterno de la sangre
la verdad de la herida
hermosos poemas !
ResponderEliminarCoincido con Leticia.
ResponderEliminarRecién hoy los leo. Una grande, Elena!
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