no es acaso
la esperanza el rostro primero del valor
y en la fe
oro de
lágrimas
partido de
cometas
como aniversario
del débil
nace la
quejumbre
y sale al
mundo
primicia de
fracaso
todo fervor
tienen el cabello largo
cuidemos en
la andanza
la piedra no
el camino
hay mucho por
rezar entre las tumbas.
Sí, Maestro... Aún hay mucho. Gracias por su palabra poética, la que interpela y persiste. Por tajar la hoja y obstinarse. Por tanta humanidad. Por otorgarnos la posibilidad escritural de la esperanza.
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