viernes, 13 de junio de 2014

LA POESÍA ES UNA FUERZA QUE SOSTIENE AL MUNDO

Y como una fatalidad debemos volver a la ya eterna pregunta de Hölderlin ¿Para qué poetas en tiempos de penurias? (Elegía 248-Pan y vino)sí ¿para qué? y para que la rosa, el tigre, la manzana? y para qué el horror, lo injusto, la mentira?
Lo que a menudo no sirven son los hombres, esta civilización, su raro acuerdo con la indiferencia a lo sublime, a lo sacramental, el complot criminal de los mediocres.
La poesía es una fuerza que sostiene al mundo.
Poetas y poemas pueden ser prescindibles y muchas veces lo son.
La poesía es pre y post verbal.
La poesía no sufre el tiempo, lo crea.
¿Sirven poemas y poetas en el tercer milenio? Sirvieron antes? o todo eso que llamamos tradición, literatura, cultura, diálogo fue apenas- como quería Heidegger -la casa del ser o menos o más aún, un silbo para nadie, las hojas contra el viento, el abismo de uno?
Los milenios y lo anterior y lo que perdure hasta que estalle el sol y los sueños, las luchas, el narcisismo, el hocico pegado a la época o peor aún, a cierta nostalgia aristocratizante o peor todavía a ciertas utopías y otras ucronías. Eso, no lo hemos contestado ya? no lo sabemos? no vemos la larga y ruinosa marcha entre la banalidad y el desprecio?
Aquellos que fueron de los mejores entre nosotros allí quedaron, mentidos, empleados, negados y sus pobres palabras, sus plumitas o piedras o lámparas tantas veces crecientes en la oscuridad, en los azares...¿Fue su poesía o fue lo innominado? qué tesis, cual ensayo caminará por los puentes incendiados? basta leer lo que guardó la historia...fueron ellos la razón? el sino? o fue la poesía que eligió esos cuerpos, la circunstancia, el aire y atravesó vestida de imposible la palabra humana.
Cuando ya nada importe, ni el chacal ni el héroe, cuando los grandes titulares, el diagnóstico sea visitado (otra vez) por el olvido y la muerte, allí estará la poesía, rendida a los espíritus.¿A qué? A los espíritus, al ectoplasma de la especie.
Me hago cargo: es preferible hablar del espacio de los poetas y sus obras en los medios de comunicación, en las academias, en las librerías, en las editoriales...me hago cargo pero hace 45 años me agarró la poesía (o su secretaria, su hija jorobada, enteca) y me arrastró por los mundos, tarde, rápido. A esta altura no voy a andar cuidándome de la política de las relaciones, las internas del mercadeo simbólico, lo correcto, lo prolijito -para eso están los profesores, los aficionados.
Asumo que, lo que haya de valor en mis palabras no es mío, jamás he comprendido algún poema, nunca abrigué esperanzas, me harté de ver, de escuchar, los malosentendidos, la sorna, la falta de rigor y amor, las deprimentes pretensiones de los que envejecieron cacareando sin poner el huevo (y los otros? allí están, quietitos en el silencio, en la noche que soplan los burros); lo asumo si algo fue, fue la poesía y ya no vuelve o, mejor dicho, vuelve distinta cada vez, como la providencia, la pasión, la patria.
La poesía no está para servir.
La poesía está y es el penúltimo relámpago o no está y entonces perdemos un poco más el tiempo, el silencio y la riqueza del enigma.



Alejandro Schmidt

texto publicado por Piero De Vicari y Hugo Toscadaray

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