desperté
y tu pelo
me cubrió la boca
respiraba tu espalda
una tristeza calma
la noche abrió su
amor a las ventanas
me pareció que era un
ángel pero estaba cegada
tu pelo era un dolor
que soñaba palabras.
de Dormida,muerta o hechizada,Ediciones Radamanto,Villa María, Córdoba,1993
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