viernes, 17 de diciembre de 2010

AMOR DESCIENDE A LOS INFIERNOS


Ahora lo que juraste
es cierto

no termina de acabar la vida

hasta las mulas
se tumban
de dolor

El guante de la noche pide en las ventanas
(lo que un mendigo espera no es la dádiva
sino que goces
desde la pérdida
hasta la consumación)

Es delicada
la puerta de salida
(nadie entra ni sale,
nadie)

Concluyó el consuelo de la vacilación.

Los santos duermen.

Así te envuelvas de enojo o  coraje
es esta la hora
y  tu cuerpo solo

el amor desciende a los infiernos.


de Verdad de lo evidente, Ediciones Cartografías, Río Cuarto,Provincia de Córdoba, 2011

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