sábado, 14 de enero de 2012

Claro

 
y claro que tu corazón era un canasto
y claro que tu corazón era un sapo

¿no lo llevaba yo con las dos manos?

¿no lo abandonaba en los pantanos
sobre el aceitoso musgo lunar?

y oscuramente despertaba
en el sol
sacaba plumas
tu corazón.





de Oscuras ramas,Ediciones Radamanto,Córdoba,2003

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