martes, 10 de julio de 2018

PEDRO MIGUEL OBLIGADO (BUENOS AIRES 1882 - 1967 )





UNA ELEGÍA POR LO QUE NO FUE




Todos se quejan por lo que han perdido ,
yo me lamento por lo que no fué.
¿Qué son los ramos que secó el olvido
junto a las flores que jamás logré? 
De tantas almas que no me han querido,
la que yo amaba, es la que no encontré.
Sólo he soñado lo que no he vivido,
y aun no se cansa de esperar, mi fe.

La vida es siempre como hermosa casa
donde hay un baile y no se puede entrar;
como una fuente que a la noche envasa,
y brinda estrellas que no alcanza a dar.

Quise aprender una canción distinta
de ésta que, apenas, me enseñó el dolor,
y cual rocío que la aurora pinta;
darle a mi llanto, como a un resplandor.
Hoy creo andar por una vieja quinta,
donde el pasado no es más que un rumor...

Tal vez, la dicha me aguardaba cerca,
de pudorosa, con algún disfraz ;
tal vez, mi busca, debió ser más terca,
mi fe, invariable, y mi cariño, audaz.

Me he equivocado, pero no he perdido
sino las cosas que jamás logré :
De tantas almas que no me han querido,
la que yo amaba, es la que no encontré.

Toda existencia es un poema trunco,
donde hay palabras que faltó rimar;
y todo anhelo se parece al junco
que ataja el agua y que la ve pasar.

Frente a los viajes me quedé en la villa,
solo, en la tarde, como un mirador...
¡Cuánta ternura y cuánta maravilla,
quizá no fueron sino un  mismo error!
El bien posible es cual nocturna orilla
que, a la distancia, sólo es un fulgor.

Ya es tarde, siento que mi vida ha sido,
como las cosas que jamás logré:
casi una novia que no me ha entendido,
que pudo ser y que, por fin ,no fué...
De  tantas almas que no me han querido,
las que yo amaba, es la que  no encontré.
Sólo he soñado lo que no he vivido,
y aún no se cansa de esperar, mi fe.





de La isla de los cantos, Ediciones Anaconda, Buenos Aires, 1941



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