lunes, 24 de julio de 2017

Sol



Se ha cortado la luz y el hombre que desea súbitamente comprende que la oscuridad está siempre tras las joyas. Y se queda desnudo de su hambre moderna, de su agitación, se vuelve simple, se vuelve lo que es.
Prende una vela y si pudiera acompañaría su temblor; dependería ciertamente, del tiempo de esa luz. Porque algo arde sólo una vez y es pobre su calor si comparamos o quema su calor si lo tocamos.
Porque no estamos acostumbrados ya a esa compañía, a eso que muere dándose.
No. El hombre que desea precisa un accidente, una mano feroz, una ceguera, para escuchar cómo se mueven los insectos, los pájaros y, sobre todo, debajo de todo, el apacible corazón eterno.

Cuando vuelve la luz, los ruidos de artefactos, el perfil de las calles y las torres, vuelve todo lo que ignora; su precariedad, su inútil fábula del porvenir también se iluminan cantando, somos el sol, el sol, el sol.



de En un puño oscuro,ediciones radamanto,villa 

maría,córdoba,1998-

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