jamás dejaré de creer en vos
porque nunca he creído en vos
del mismo modo no confiaré
en el dolor porque todo es dolor y eso es
evidente promisorio y claro
jamás sentiré que me abandonás
en cuevas al final del mundo como si carne fuera
topacio
muy lejos de una selva
jamás permitiré que entres a
mis palacios de la memoria
ni a los campanarios
porque lo que alcé en el mundo
solo merece del mar ese momento donde yacen sirenas
no pensaré que has contemplado
el mismo sol
ni la misma forma oscura de los
sueños
no aceptaré que tu lenguaje
conoce mis vocales
no te veré caer derecho para arriba
no daré testimonio
no prepararé tus valijas
jamás olvido leerte mis
palabras porque jamás oíste
en mis palabras
algo más que palabras
algo menos que esa especie de
oficio
donde se desanuda
lo mejor
jamás consolaré tu perro blanco
jamás pediré tu nombre debajo
de los puentes
no veré si te alejas
ya sentí como te acercabas
hasta atravesarme
jamás hablaré al mármol de vos
expósito y rabia serás en el
mundo amable de los muertos
jamás encenderé tu lámpara
adentro de los huesos afuera de la noche
jamás me sentaré a decirte esto
vacilante y procaz
porque precisamente
todo esto
es silencio que trae y lleva
jamás te explicaré la
cuadratura del ángel
ni el punto definitivo de los
llanos
jamás comentaré el perfil de
tus heridas
ni dormiré
como lo hacía
tan cerca del peligro que donaste
jamás verás el lacrimal
porque estoy hecho de llanto y
no supiste entonces
lo que no sabrás ahora
jamás podrás jactarte de
reclamo o ausencia
no serás esperado
ni hallarás
del horizonte
el pañuelo
jamás
amor
harás de mi tu criatura
tu anillo tu denario
nunca he confiado en vos
yo se como besan las panteras
y como lavar en oro la mentira
has olvidado
aquellos días largos
donde busque sin pausa
algo más que tu rostro
algo menos que espectros
jamás compartirás el mascarón
del último tropiezo
el naipe de la bruja
la fe que desespero
jamás presentaré tu boca a las
esferas
no me llames
no aparezcas ahorcado
cuando hiervan los monstruos
después de las espadas
antes del vaso negro
no presentes tus plumas coloreadas por algo que parece la eternidad
y es solo una miseria de
magnates
no traerás mi almohada
jamás descansaré en tu relato de
presagios
solo, feroz
como he llegado
voy
jamás serás
amor
lo que he perdido
no juzgarás mi vida
no te arrepentirás por mí.
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