domingo, 15 de noviembre de 2009

JUAN JOSÉ SAER (Santa Fe,1937-2005)




Para cantar



La tarde está limpia como una hoja vacía.
A veces,como una mano que escribe,la borronea el viento.
La carcome,como a una esperanza que se enfría
por ráfagas de remordimiento.
Tarde carcomida de octubre,desaforada luz del día.
No tengo paz y estoy contento.



A los pecados capitales



Por nuestra fantasía,nos liberan
de la materia pura,pero caemos en la red
de la esperanza.Pecados,vicios,y hasta
las débiles virtudes,nos separan
del cuerpo único del caos,
nos arrancan
de la madera y de los mares.
Guardianes en el umbral de la nada.



El pasado



Entré en esa región
de la luz,y desde donde estaba
parado,miré otra vez
los mismo pájaros,en el mismo
crepúsuculo,rasando
los flecos verdes de la enamorada
del muro.Paredes todavía
más grises en la intemperie de la luz
se repetían inmóviles en esa tarde
de domingo: hombres sólidos que cayeron
desmoronados,y esta mano
que grabó el ademán de la vida
sobre mil cuerpos que el tiempo comió.

de,El arte de narrar,Ediciones Universidad Nacional del Litoral,Santa Fe,1988.

3 comentarios:

  1. gracias por esta selección de poemas, siempre es un gusto leer a Saer.

    "La ifancia es esa lluvia primera de la que nunca enteramente nos secamos"


    Un saludo,

    Laura.

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  2. Acá siempre buena poesía, como siempre. :))

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  3. Supongo que Saer es mi escritor argentino preferido. Ahí está El arte de narrar, en una estantería, y leer "Entré en esa región de luz..." me causa la misma emoción, el mismo saltito en el corazón que me causa leer un párrafo de El limonero real.
    En las palabras de Saer puedo ver las luces y las sombras, pero no se por qué consigue esa milagro. Un abrazo.

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