¿Adónde están?
¿Quiénes eran esos que entraban con un palo de transparencia y maldad
hasta el agua del alma y se mezclaban
y chocabas en el fondo del fondo
del engaño más claro?
¿Cómo reían?
¿Cómo subían a ser
no ya la vigilia
el sol
la larga marcha
sino esa
acostumbrada angustia de vivir
manchada por no sabías qué?
Y sentías sus cuerpos
su rápido organismo
cortando
cortando.
publicado en revista Sin Título,Buenos Aires,2007
martes, 30 de diciembre de 2008
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Me dejé llevar por el poema, tu la sensación de ser una hoja suelta, liviana (esto es lo más raro) que el agua de un río lleva.
ResponderEliminarAlejandro:
ResponderEliminarUn gustó será visitar romanticismo y verdad (¡tanto hacen falta en el mundo de hoy!). Ahora hago el enlace en Los ojos. Todo lo mejor para vos en el 2009, y muchos y muchos poemas... Abrazo fuerte, jm