Perdonen,no acostumbro cobrarle a los muertos ninguna clase de retibución narcisística,a recordar en el acto -ante el público ¿el público? de la poesía - la poca o mucha relación que tuve con el finado mientras envuelvo la auto-referencia (y sus imaginarias consecuencias) con el halago fácil,la ficha térmica y otras banalidades.
Perdón de nuevo entonces.
Murió un hombre digno,generoso,amigo del silencio.
Su poesía es extraordinaria,al igual que sus consideraciones acerca de y por la poesía.
Murió de vivir.Valió esta pena.
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ResponderEliminarQue descanse en paz, Ale. Y gracias por un homenaje tan tuyo, en este instante voy a conocer más de otro heredero de la nada, así como nosotros. De un constructor de refugios. Un abrazo silencioso a la obra de Jorge Santiago Perednik.
ResponderEliminar(Eliminé el anterior comentario para corregir una errata).
Digno, generoso y amigo del silencio; lo demás es poesía. Así era, así será.
ResponderEliminarGracias por publicar esta entrada, esta gran verdad. Gracias Alejandro.
ResponderEliminarLa sumamos a nuestro blog.
Daniel.
poetasdelmoyano@gmail.com
www.apoaenelmoyano.blogspot.com