en la cabeza que asoma y la rosa que esplende
en la voz menor de los silencios
en la fortuna cuando nos sonríe sin porqué
en las vigilias del amor
el pensamiento alzando un puño
la luz de las tormentas
el pánico de los tiranos
no es dolor el sufrimiento
largas noches ardiendo su esqueleto
el dolor lleva consigo un fin, un alba
adónde comienza el sufrimiento
cuál luz añoran sus espinas
qué enseña
qué ampara
en dónde pide pan
de nuestras lágrimas
Cuando se abren los ojos y se cierran,
ResponderEliminaren las noches, las mañanas , los días
cuando no están, cuando llega.
Cuando el grito es un ahogo de tos
y el fuego el agua secando trapos
la cara se diluye lentamente
cae.
Un abrazo mi querido Alejandro