tienen alguien horrible con quien
hablar
los días son largos como arañas
las noches quietísimas
apresúrate a encender las lámparas
encuentran alguno que lo presta todo
lo escuchan
canta la usura del corazón
los frutos de la bondad
ocupan la mesa al ángel
y se devoran
advierte
estás solo pero mal acompañado
no basta el sueño
el Himalaya
un día habrá que devolverlo todo
ningún fantasma sonríe ante la
carne
y cada beso
cada reproche de luz o de sentido
recorre
pasillos de otro olvido.
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