Lo que pasa es que hay muchas personas que, cuando dicen en su juventud
"yo quiero ser escritor", en realidad lo que quieren es funcionar
socialmente como escritores, eso es lo que les gusta. Tener el carné
como para poder opinar, ir a congresos, tener una figura social
profesional. Y encuentran que el problema que plantea eso es que tienen
que escribir, cosa que no les gusta. Entonces escriben un libro cada
diez años, con un gran esfuerzo, o recopilan artículos de manera que
mantienen en vigencia su carné de escritor. Por eso muchas veces he
dicho, cuando me preguntan por esto, que no me gustan los escritores que
no escriben. Porque veo que hay escritores que funcionan como
escritores y que en realidad no son escritores de vocación. Y en mi
caso, que he publicado tantos libros, pequeñitos pero tantos, hay como
un rechazo contra mí por ser muy prolífico. Un amigo me decía, cuando le
dije que venía a México a participar en cosas públicas: "Llevá un
revólver, y cuando empieces a hablar, ponelo sobre la mesa y decí: la
primera vez que se pronuncie la palabra 'prolífico', me pego un tiro.
Así los vas a tener controlados". Porque prolífico ahora se ha vuelto un
término despectivo. Si es prolífico, no puede ser bueno. Pero eso viene
justamente de todos esos escritores que no escriben y que se defienden
así. ¿Qué otra cosa puede hacer un escritor que escribir? Es decir, si
lo que escribe se publica, es porque hay algún interés en publicarlo,
algún editor interesado, algún lector interesado en leerlo. Así que no
veo el motivo para despreciar lo prolífico.
En una entrevista realizada por Pablo Duarte para LETRAS LIBRES,en México D.F,2009
PABLO DEMA ( GENERAL CABRERA,CÓRDOBA,1979 )
Hace 6 años